Además de su interés artístico, estas misiones son representativas de las iniciativas sociales y económicas que acompañaron la cristianización de la cuenca del Río de la Plata por parte de la Compañía de Jesús en los siglos XVII y XVIII. (UNESCO/BPI)[1]
La inscripción en esta lista es la primera etapa para cualquier futura candidatura. Paraguay,[2] cuya lista indicativa fue revisada por última vez el 19 de diciembre de 2003, ha presentado los siguientes sitios:
Las prácticas y los conocimientos tradicionales relacionados con el tereré, bebida ancestral guaraní, están muy extendidos por todo el territorio del Paraguay. Los depositarios de este elemento del patrimonio cultural inmaterial son muy numerosos y diversos. El tereré se prepara tradicionalmente en una jarra o un termo, mezclando agua fría con el pohã ñana, una hierba medicinal previamente machacada en un mortero. Se sirve en un recipiente en el que se ha puesto mate y se absorbe con una bombilla de caña o metálica. La preparación del tereré se efectúa con arreglo a un ritual íntimo regido por una serie de códigos preestablecidos. Los beneficios para la salud del pohã ñana se conocen gracias a que la sabiduría popular los ha venido transmitiendo de generación en generación. La transmisión de las prácticas tradicionales vinculadas al tereré se viene efectuando en el seno de las familias paraguayas desde el siglo XVI por lo menos. Los conocimientos tradicionales sobre las virtudes curativas y el buen uso del pohã ñana también se transmiten espontáneamente en el ámbito familiar. Desde hace algunos años está aumentando el número de personas que aprenden este elemento, pero las familias siguen siendo el principal vector de su transmisión. Esta práctica cultural fomenta la cohesión social porque el contexto espacial y temporal del consumo del tereré propicia la inclusión, la amistad, el diálogo, el respeto y la solidaridad. Además, también acrecienta la estima de las nuevas generaciones por el rico legado guaraní en los ámbitos de la cultura y la botánica. (UNESCO/BPI)[3]
El Poncho Para’í de 60 Listas de Piribebuy es una prenda hecha a mano en Paraguay que consta de tres partes: el cuerpo, los flecos y la fajita o guarda. Cada parte implica diferentes procedimientos de elaboración que se llevan a cabo de forma colaborativa entre mujeres tejedoras. Para crear el poncho, los practicantes tejen tres tipos de hilos de algodón, correspondientes a las tres partes de la prenda. Cada tejedora confecciona una parte del poncho y se especializa en uno de los procesos. Si bien las tejedoras tienen su propio estilo y diseños, desarrollan habilidades para el trabajo en equipo con el fin de ahorrar tiempo y recursos, con el objetivo final de mantener la calidad del producto. Los materiales asociados con la creación del poncho incluyen el hilo, las paletas y las sillas de madera, y también se elaboran a mano. Históricamente, las técnicas ancestrales, que fueron utilizadas por primera vez por los pueblos originarios, han sido transmitidas de madres tejedoras a hijas de forma oral, a través de la observación y la práctica. Hoy en día, la Escuela de Protección también ayuda a los tejedores a transmitir sus conocimientos a las generaciones futuras. El Poncho Para´í de 60 Listas es un símbolo de unidad e identidad en la ciudad de Piribebuy y es reconocido a nivel nacional por su diseño y originalidad. (UNESCO/BPI)[4]
La guarania es un género musical originario de Paraguay, creado a principios del siglo XX. Es la expresión colectiva de los valores paraguayos, utilizando el idioma guaraní y combinando elementos de música indígena y popular. Se caracteriza por ritmos sincopados y un tempo ralentizado, inspirándose en la polka paraguaya. La guarania ocupa un lugar esencial en la vida cotidiana de los paraguayos, tanto en el entorno familiar como a nivel comunitario. Suele ir acompañada de guitarra y contrabajo. Músicos y cantantes interpretan las obras de grandes maestros en recitales, conciertos y eventos sociales, ya sea en conjuntos instrumentales o vocales, o en orquestas sinfónicas. La guarania es apreciada por poetas, escritores, investigadores, organizaciones de la sociedad civil, gestores culturales, fabricantes de instrumentos y la sociedad paraguaya en general. Su transmisión se realiza principalmente dentro de las familias y a través de centros de formación públicos y privados, así como grupos de música. También se promueve a través de museos, exposiciones temporales y espacios públicos y privados dedicados a creadores e intérpretes. La guarania es percibida como un símbolo de resiliencia y valores paraguayos, promoviendo un sentido de identidad y pertenencia común para los paraguayos y la diáspora. (UNESCO/BPI)[5]