Es el hogar de Roger Radcliffe y Anita Radcliffe después de su boda. Residiendo aquí con sus perros Pongo y Perdita, junto a la sirvienta Nanny, vendieron el cuando los perros llevaron de regreso a sus 15 cachorros dálmatas con otros 84, quienes fueron inicialmente secuestrados por Gaspar y Horacio, bajo las órdenes de Cruella De Vil.