Me uno sete jueves a la convocatoria de Artesanos de la palabra la muñeca de mi poema está abandonada, no rota.
LA MUÑECA DE TRAPO
Con el ruido de las bombas,
y de cientos de explosiones.
Con tanta muerte y dolor,
quién pensará en la muñeca
caída entre los escombros.
Lucía un vestido extraño
de volantes extendidos.
Estaba limpia y cuidada,
como un paréntesis bello
entre cascotes y ruinas.
La imagen duró un segundo
en esa tele prestada.
Sasha supo recordarla.
Con la muñeca quedaba,
en Kiev, su infancia rota.