jueves, mayo 27, 2010
AL MONTE
El asalto del "Sinpecado" a la Purísima Virgen del Rocio podía ser un comienzo de un comentario en estas fechas, pero me voy a la noticia que acabo de leer: el doctor Montes tan denostado hasta ser expulsado de su puesto de trabajo, ahora lleva las de ganar porque cualquier ciudadano tiene derecho a una muerte digna. "El Tribunal Supremo admite el recurso de doctor Montes para ser indemnizado por el caso Leganés" es la noticia del día. El problema está en que llega tarde, cuando los enfermos han sufridos los dolores físicos y las familias los dolores que sufrían los enfermos. De esto hace ya varios años, ¿tendremos que esperar tantos tiempo para que el caso Gürtel, el caso Pretoria y otros casos lleguen a los tribunales calmaditos mientras podemos asimilar aceleradamente sin cuestionarnos el asunto de Baltasar Garzón? ¿Creemos en la justicia? Si no creemos en la justicia, tercer poder, ¿cómo vamos a creer en la buena intención de una oposición que ante un naufragio del barco donde el contramaestre ve más productivo que se hunda -¡Aquí murió Sansón con todos sus filisteos!- que salvar al pasaje. Tal vez alguien esté pensando en el arca de Noé o en Sodoma y Gomorra de donde sólo se salvaron los elegidos, pero no se puede olvidar que un hijo de Noé vejó a su padre y las hijas de Lot abusaron de su padre. Es decir los elegidos, tan lejanos de la plebe, los pobres empresarios que trabajan para que los obreros tengan seguridad social y jubilación y quieren el despido libre, a esos que se les vejen sus hijos y sigan apoyando a curas pederasta.
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