Arriba
Sol "el Músico" abre la caja, saca su guitarra, coloca la silla, se sienta, comienza a puntuar y recita:
"Las ramas de los árboles de la alameda, entrelazadas como brazos de amantes, contemplan la bruma que asciende por los muros de vidrio de los rascacielos. Al atardecer, son patas brillantes de muchas banquetas puestas al revés; sus reflejos intermitentes teclean la atmósfera. la densa ciudad vibra como dedos enjoyados de guitarrista imitando al fuego. Un sol anciano se apoya en el quebrado perfil de la ciudad y lanza su último aliento (rayos como cuerdas, dorados, granas, bermejos...)
La ciudad, entregada, traquetea"
Abajo
Sol, en el pasillo del vagón, declama:
"Chirriantes cadenas de húmedo tren sufren agotados golpes de vagón
Rectángulos, reflejos, claustros abandonados...,
entrechocan en las superficies roñosas de las ventanillas condenadas.
Sobre túneles largos como alcantarillas, el tren, como un trepanación, arrastra el miedo de los intestinos"
Nadie mira a Sol
Sol tañe su guitarra y se pone a cantar con mucha fuerza:
"Paletadas de tierra
que traquetean
El tren traquetea
arrastra
desgracias
como truenos
que el tren traquetea
quebrantado tren traquetea"
Arriba
Sol mira en la caja abierta de su guitarra
¡No hay NADA, ni un céntimo! -dice
Arrastra su pierna mala, y se desvanece en la oscuridad
"El Músico" traquetea
Abajo
El tren frena de forma brusca, abre las puertas del vagón, y escupe a Sol
¡Ya nadie da NADA! -grita con voz áspera y ronca
La voz traquetea