El duende y la abuela guardan silencio,
La Luna con los niños comienza un juego.
La luna en verano baja hasta la tierra
Juega con los niños cuando no hay escuela.
La luna les pregunta: ¿Qué seréis mañana?
Una niña rubia con ojos azules,
levanta la mano, dice alborozada:
-Yo…, pilotaré naves extrañas
Daré luz de nuevo, a esas estrellas que están apagadas.
La Luna se alegra,
al ver una niña con tantas agallas.
Un niño rubito con ojos muy verdes,
con voz algo tímida dice muy breve:
-Yo…, descubriré dinosaurios
y también cavernas.
¡La luna se lleva la mano a la boca!
No imaginaba, de niños tal cosa.
Un niño moreno de pelo rizado
con ideas claras grita muy alto:
Yo, seré constructor de torres muy altas
para visitarte por si tú no bajas.
La Luna contenta se frota las manos.
será visitada pasados los años.
Una niña preciosa, carita de ángel
Se levanta muy resuelta a decir su mensaje:
Yo, seré de mayor, doctora
Para salvar a los niños y curarles de males.
La Luna descansa feliz,
al oir tan bello deseo.
Mirando a la Luna responde otra niña de ojos preciosos:
Seré costurera y te haré un gran traje
para que te abrigue,
cuando haga frío y a la tierra bajes.
La Luna se estremece,
un calor extraño recorre su cuerpo.
Otro de los niños se dispone a opinar:
Yo, seré panadero y haré mucho pan
No quiero ver niños por hambre llorar.
La Luna respira.
¡Ojala se cumpla!Y no exista el hambre.
La Luna regresa hacia el universo,
se vuelve hacia ellos, con un guiño de ojos.
A todos desea, se cumplan sus sueños.
El duende de la alacena I
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