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Jofaina

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Jofaina y aguamanil en el museo etnológico de Puerto Seguro (Salamanca, España).

Jofaina, aljofaina, lavamanos o palancana,[nota 1]​ término este último hoy en desuso, (y en ciertas zonas de Hispanoamérica, el anglicismo sink)[1]​ designa al recipiente utilizado para el más elemental aseo personal. Es sinónimo de palangana, y como esta, puede ser metálica y de cerámica, o de fabricación mixta.[2]​ Se complementa con la jarra aguamanil (como se aprecia en los distintos modelos de las imágenes).

Campo lingüístico

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La RAE emparenta jofaina con aljofaina. Otros diccionarios dan como origen el término árabe «chafaina», diminutivo de «chafna», escudilla.[3]

La doctora Regueiro Rodríguez, estudiando la familia lingüística de la jofaina y sus usos a los dos lados del Atlántico, da como sinónimos: palangana y zafa;[nota 2]​ como hiperónimo: aguamanil; y como hipónimo: bacía.[4]​ Por su parte, Pilar García Mouton y Álex Grijelmo, en Palabras moribundas hacen un seguimiento evolutivo de la jofaina y su familia, a través de las sucesivas ediciones del DRAE desde le siglo XVIII, recuperando el uso en varias provincias españolas de la voz «palancana», pareja de palangana.[5]

En la literatura

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El poeta romántico Gustavo Adolfo Becquer, describiendo el Monasterio de Veruela en un pasaje del capítulo IX de Desde mi celda, habla así en su carta dirigida a la señorita doña M. L. A.:

"Figúrese usted una iglesia tan grande y tan imponente como la más imponente y más grande de nuestras catedrales. En un rincón, sobre un magnífico pedestal labrado de figuras caprichosas, y formando el más extraño contraste, una pequeña jofaina de loza, de la más basta de Valencia, hace las veces de pila para el agua bendita; de las robustas bóvedas cuelgan aún las cadenas de metal que sostuvieron las lámparas, que ya han desaparecido; en los pilares se ven las estacas y las anillas de hierro de que pendían las colgaduras de terciopelo franjado de oro, de las que sólo queda la memoria; entre dos arcos existe todavía el hueco que ocupaba el órgano; no hay vidrios en las ojivas que dan paso a la luz; no hay altares en las capillas; el coro está hecho pedazos; el aire, que penetra sin dificultad por todas partes, gime por los ángulos del templo, y los pasos resuenan de un modo tan particular, que parece que se anda por el interior de una inmensa tumba. Tal es el efecto que produce la iglesia del monasterio cuando por primera vez se traspasan sus umbrales."[6]
Desde mi celda (1871) Gustavo Adolfo Becquer

Modelos en la historia y el arte

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Véase también

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Referencias

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  1. ASALE (13 de mayo de 2024). «sink | Diccionario de americanismos». «Diccionario de americanismos». Consultado el 19 de mayo de 2024. 
  2. Caro Bellido, Antonio (2008). Diccionario de términos cerámicos y de alfarería. Cádiz: Agrija Ediciones. p. 186. ISBN 84-96191-07-9. 
  3. Diccionario Enciclopédico Abreviado Espasa-Calpe, tomo V. Madrid, 1957.
  4. Regueiro Rodríguez, María Luisa (2010). «La sinonimia». Arco Libros S.L. Consultado el 18 de julio de 2012. 
  5. Palabras moribundas Consultado el 16 de julio de 2012.
  6. Gustavo Adolfo Becquer: Desde mi celda. En CVC. Consultado el 15 de julio de 2012

Notas

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  1. Escrito así, con "c", forma pareja al término con "g" (palangana).[1] Consultado el 15 de julio de 2012.
  2. Del árabe «çafha», escudilla.

Enlaces externos

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