Sólo si eres alguien que aprecie los sentimientos y sus pensamientos, disfrutará de la escritura de ellos.
Éste blogger permanecerá abierto para el disfrute del lector por petición solicitada de compañer@s blogueros, tendrá la actividad qué las musas así lo dispongan.

18 de marzo de 2015

Ni besos Ni versos



Descubrió
que todo su mundo
giraba en sentido contrario
a las agujas de su reloj.
En sus labios encontró
la tinta de sus versos,
que luego emborronaría
de un solo gesto,
una vaga ilusión
de un futuro texto
que esperaba escribir
y recordar para los restos.
Mientras seguía versándo escritos,
con sabor a miel, limón y sexo,
a noches interminables
de caricias y juegos,
y risas
sobre los cuerpos,
donde empezar solo era el comienzo
de lo que prometía el primer beso.
Y aún así,
feliz en su ignorancia
besando sus tiempos,
siguiendo las huellas
que dejaba marcadas
hasta verlas desechas y borradas
por el paso del tiempo.
Ya no quedan escritos
ni versos que versen en su lecho.

Nada que versar,
se olvidó de sus besos.


Yayone Guereta.




17 de marzo de 2015

Déjame.




Déjame,
llorarte una vez más.

La noche se torna
fría en ausencia
 a recordar tu presencia,
maldito y oscuro
que te atraviesas,
otro cielo sin estrellas.

Preguntaré a mi almohada
que sueños ha de traerme
si ya pinte de gris mi estela.

Déjame,
para sacudir el recuerdo
que dejaste dentro,
donde agonizo tus besos
y los sueños eran eternos.

Lo confieso

Déjame,
acariciar el pasado,
aunque solo sea para rememorar,
las noches de insomnio
que pasamos labio con labio,
las pieles que se reclamaban 
haciéndonos esclavos,
gritando en silencio
desde el deseo apasionado.

Lo confieso

Déjame.



Yayone Guereta.

16 de marzo de 2015

Cuando se me enciende la mirada.



Cuando se me enciende la mirada

Como un canto en la mañana
veo al mirlo saltar entre sus ramas,
con su gorgojo despliega sus encantos
y se posa en la mimosa
que se ruboriza si se la toca.

Cuando se me enciende la mirada

Como el sol que calienta el agua
veo a la rana chapotear lustrosa dando enormes saltos
haciendo piruetas coqueteando ante su sapo que la baila,
y las algas del charco se sienten celosas de sus bocas
que se besarán gustosas a lengüetadas.

 Cuando se me enciende la mirada

Como el arco iris asoma entre la tormenta dando calma
veo como todos los colores despiertan desplegando su amalgama
vistiendo las sonrisas de perlas nacaradas.
Y vivo!
Porque siento viva mi alma
y no hay nada como sentir...

cuando se me enciende la mirada.


Yayone Guereta.



15 de marzo de 2015

Tan solo era aire.


En mis manos
nada tengo,
nada me llevé
nada guardo.
No quedan residuos
ni resquicios que recuerde
que un día se llenaron,
se evaporaron
como el humo de un cigarro.
Quizás porque nunca se ocuparon,
tan solo era aire atrapado,
efímero,
que no deja rastro.
Dilatando tanto tiempo,
atrapándolo,
gritaban en su silencio.
Hasta que las abrí
levantándolas hacia el cielo,
como recogiendo la mañana,
buscando
el tardío sol incipiente
de una primavera que no llega,
que tarda.
La nada inexistente
ignorando el vacío existente
al ser consciente
que jamás habías estado.
Tropezando,
pensando que era rica
teniendo lo más preciado,
con tanta zozobra
que podía regalarlo,
y como si de un espejismo se tratara
la realidad destapó la venda.
Que ciegos estamos
cuando se han esfumado,
todas las ilusiones
en unas falsas manos.
Nada tengo,
nada me llevé,
nada guardo.


Yayone Guereta.



14 de marzo de 2015

Manos son deseos.


Seré océano que baña tu cuerpo
mar que sacia la sed de tus deseos,
magma que alivia tu averno,
piel que se funde con sudor en los poros húmedos de tu sexo,
mirada que despierta tu cielo
la mano que calma tu fuego,
infierno en el que quieren morir tus desvelos,
de tu verbo la lengua que conjuga el beso.
Beso que deletreo en la virilidad que quiero,
musa de tu lienzo,
escultor que definió este Ser
esculpido con mimo
moldeado a fuego lento,
para ser fusión a corazón abierto.
De tu exigencia convertirme
en agua y alimento,
de tus manos soy deseo
a los vaivenes agitados que imploran tus sueños.
Remolino que altera cimientos
los que tiemblan si mi boca muerde tu pecho.
Noches de insomnio
como lobos hambrientos,
así de salvajes
libres e insaciables.
Bajo la luz de la luna roja apasionada
que se filtra por la ventana,
alumbra el lecho que en secreto nos guarda.
Te tomo,
me tomas,
lujuria de cueros,
desde el crepúsculo
hasta el primer resplandor
que anuncia el alba.

Yayone Guereta.


13 de marzo de 2015

Vida que vas y vienes.



Vida que te muestras,
a veces sin sentido
a veces blanca como la aurora radiante
a veces negra como la oscura sombra del camino,
vida que arranca sus vástagos
campos lúgubres
de soledad y hastío,
donde las hojas pierden su talle
se torna el olvido.

Vida que sorprende de repente
explosiva con presentes,
revolucionas sin previo aviso
dejando la mente echa un cisco
topándose de frente,
des-concentrando al enemigo.

Vida que abofetea,
toma y daca
daca y toma,
en los dos carrillos,
una de cal y otra de arena
sin hacer ascos
sin hacer ruido,
toma, para que tengas!

Con capote en mano embistiendo
esperando tus caprichos.

Vida que vas y vienes
mientras tanto...
con enredos entretienes
haciéndonos un lío.



Yayone Guereta.



12 de marzo de 2015

Replica el silencio.



Corazón que rompes la calma,
tartamudean los miedos
tiembla el habla,
el desgarro aparece
silencio que comienza hacer su danza.

Es la piel que extraña
es la piel que guarda
es la piel que añora,
en lo mas profundo de las entrañas.

Estragos que se presentan
de un pasado de añoranza,
dañando los sentidos
con los que fustiga
echando a la espalda.

Emerge a un mar en lamento
de orillas fraguadas,
en diques secos
la boca cansada,
nudo en la garganta
palabras pilladas,
lengua que muerde
rompiendo el alma,
silencios que perduran en danza.



Yayone Guereta.


11 de marzo de 2015

No hablemos de amor.




Dicen...
Que no hay distancias
ni fronteras
para las almas amantes.
Muchas se quedaron
errantes en el camino
vagando en pena por el cosmos
y el infinito.
Personas precarias
nómadas del amor
por la falta de cariño.
No hablemos de eso.
Peligro!
Ya que parece tirarnos a un abismo
por miedo a sentirlo.
Nos hemos dejado tanto...
No admitimos
mas heridas
fracasos
pensando que es un cataclismo,
y sufrimos
ante la pequeña idea
de que nos haga un guiño,
aferrados a una soledad impuesta
por puro egoísmo,
amputando las alas
en cuanto las sentimos.
Y el pánico invade
cortando todo hilo
que pueda unir un descosido. 

Vidas que visten de luto,
vidas... son ríos.




Yayone Guereta.





10 de marzo de 2015

Letargo de un olvido.


Me dejas esperando un vacío,
espera,
estoy hecho un lío.

Cuando las semillas broten,
y las aves emigren dejando sus nidos,
buscando un nuevo tiempo
que despierte lo que yace
darle sentido,
eso dijiste,
y me quedo con la ausencia
la incertidumbre se posa en mi ombligo,
pululando sin sentido.

Vuelvo a verte,
regresas entre letras tristes
aún sigues en tu invierno,
dormido,
las lineas al borde del precipicio,
el alma rota 
sin recomponer abismos,
la vida patas arriba
perdido el equilibrio.

Mi cintura busca el norte de tus manos
el sol de tu primavera,
la luz de tus ojos brillando en mis latidos.
Te has ido...

Me dejas esperando un vacío,
espera,
estoy hecho un lío,
más yo dije...
aún permaneces en tú olvido.


Yayone Guereta.


9 de marzo de 2015

Cuando la consciencia no habla.



Viejo es el tiempo
que deja vestigios desiertos,
a la vez sabio
los desgastes saben de que hablo.
Pasiones que nacen y mueren en el acto,
el cerebro va secándose,
aglomeraciones de un pasado.
Focos de recuerdos
que a la mente llegan trastocados,
esfumándose en un chasquido de dedos,
y parece que nunca existió,
error craso.
Una vida sometida al contrario,
a dar,
sin pedir nada a cambio.
Los años pasan
pesan como sacos,
los días como segundos esfumados,
espera con una quietud pausada
sin poder hacer nada.
A veces se le escapan lágrimas,
y como de un acto reflejo...
traga.
Ya apenas es consciente,
se le va la mirada.

Vida que te antojas,
lo mismo das...
que quitas a tu forma.


Yayone Guereta.


5 de marzo de 2015

No llores más.


Hoy estoy triste
y si, lloro.

Porque se mezclan sentimientos
los que nacen desde dentro,
desde la impotencia
hasta el amor intenso.

Como aliviar el dolor de su pena
el que quiero arrancar de cuajo,
el que le aflige
el que tiene incrustado,
a mi dulce princesa
le esta superando.

Hoy estoy triste
y si,
sigo llorando.

Imposible aplacar lo que el corazón dicta
cuando se ama demasiado,
y el hilo que une
se resquebraja y no sujeta
los pespuntes dados,
ese primer amor
que se arraiga en las venas
y late desbocado,
y crees morir cuando se quiebra
y el mundo se le hace pedazos.

Dime mi dulce niña
que puedo hacer
para liberar tanto daño.

Hoy estoy triste
y si,
sigo llorando.

Me quema verla
como alma en pena
preguntando, si hay algún remedio,
mirándome a los ojos
sin poder darle una respuesta.

Y en ese instante, inmóviles
el vacío hace su presencia
el silencio lo inunda todo,
en mis manos solo me queda
estrecharla a mi regazo,
fundiéndonos en un interminable abrazo
uniendo nuestras lágrimas
con ese sabor amargo.


Hoy estamos tristes
de una pena,
somos, dos llantos desconsolados.



Yayone Guereta.



4 de marzo de 2015

Florece Marzo.



Empiezo a notar
como va naciendo por dentro
/como va removiendo mi cuerpo/
vértigo que se acentúa a lo nuevo
adrenalina pura en movimiento.

Respiro fuerte, aspiro lento
veo al almendro en flor floreciendo
-tímido-
por los primeros soles de Marzo,
/marcea lo sembrado/

Semillas que dormían al abrigaño,
la luz despierta a los ermitaños
mostrando su gama de colores
vestimenta en los pétalos -avivan al párpado-
danzan sus bailes, comienza el espectáculo.

En campos abiertos,
lirios, magnolias, lilas, amapolas,
verdes paramos,
hasta los rábanos tarareando.

Atrás queda el invierno
se lleva por defecto el recuerdo /que ya ni aflige/
no quedan sombras
ni ecos que remuevan tormentos.

Resplandeciente luce la flor del tallo,
hermosa brota vistiendo sus coquetas hojas.

(Quiero lo que tengo, lo que no, atrás dejo).




Yayone Guereta.


3 de marzo de 2015

Que bonita, tenía la tristeza.


Que bonita tenía la tristeza
cuando hablaba de amor.

Amé su oscuridad,
absorbida,
llené mi alma de su pena,
que hermosa...

Impregné mi piel de ella,
que bella...

A bocajarro,
como un seco disparo en el acto.

De recuerdos y nostalgias,
aferrado, cicatriz que abre,
sangrando aunque duela,
brecha que deja supurando
para no olvidar ni un solo día

-que fue amado-

herida que hizo su emblema
en su ser castigado,
hizo de sus cadenas su propia condena.

Que contradicción
ver tan dulce tanta tristeza,
la luz que deja los rescoldos
del amor que es su quimera.



Yayone Guereta.


2 de marzo de 2015

Marcando tiempos.


Anoche vi que se escondía
que espiaba a hurtadillas,
tras la puerta
-descalzo-
desplazándose hasta las cortinas,
como un depredador silencioso
agazapado, con alevosía,
deleitándose de poseer
tan dulce ambrosía.

Mientras despojaba mi ropa
con la luz tenue
que encendí de la mesilla.

Sin contenerme
marcando los tiempos,
me senté desnuda
y sobre la cama
divisaba mi armonía.

Mi silueta removiéndose
entre las sabanas,
acariciando mi cuerpo
con cálido gemido,
insinuando mis ganas
tentando su martirio.

Advertí su mirada
la traviesa erección le delata
haciendo su camino,
el fuego que desprendía.

Y mi piel llama,
asaltándole
como bestia desbocada.

Poséeme
liberaré tanto egoísmo,
vida mía.



Yayone Guereta.


1 de marzo de 2015

Un mal sueño.


Te dejé ir
dejando mi piel dormida
con las manos vacías,
tras de mi una sombra
que por siempre
me perseguiría.

Sin reproches ni portazos
la casa se volvió fría,
días y noches de agonías
y una falsa sonrisa
de cara a la galería.

Con puños de hierro
afronto la vida,
lágrima que no brota
que traga mi derrota
perdiendo aquellos días
por tu demora.

Te di tanto
tanto te di,
que no supe ver
que me olvidé de mi.

Son fantasmas los recuerdos
que logré destruir,
me di cuenta tras tiempo
costó asumir.

Solo fuiste un mal sueño
que conseguí abatir.

Sonrío.



Yayone Guereta.

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27 de febrero de 2015

Lo que pudo ser y no fue.( Micro)



Siempre fue un niño inquieto, curioso, muy observador.
Ya desde crío, capturaba imágenes de cualquier lugar o elemento que le llamase la atención, guardándolo en sus retinas.
Y claro, como no, esa sería su futura profesión.
Aunque el destino, que es muy caprichoso, no sería la única que tendría.
Aficionado a una edad temprana, empezó a meterse de lleno.
Buscó un local, donde poder revelar sus fotos, colocar todo lo necesario, o al menos, los pocos utensilios con los que empezar su estoica etapa.
Contactó con un señor, amigo de su padre, que era dueño de varios locales de un mercado.
“ Lo que no podía imaginar, era, que allí, estaría el amor de su vida”
Don Luis “ el regente del local”, necesitaba hacerle a su hija Verónica, un reportaje fotográfico.
A lo cual Víctor, accedió gustoso.
Que mejor tener de cliente al mismísimo dueño, por generar más reputación.
Si el trabajo estaría bien hecho, ya tendría el cincuenta por ciento de la clientela asegurada.
Estaba empezando, ese trabajo le daría más “cache”.
Don Luis:
De acuerdo Víctor.
En un par de días Verónica pasará por aquí. Retratarla como se merece, su hermosura no es para menos. Las necesita para un puesto de trabajo.
Víctor:
No se preocupe, déjelo  en mis manos, estará segura conmigo, se lo que hago.
Donde pongo el ojo…
Don Luis se marchó  frunciendo el ceño, con gesto amenazador, como diciendo…
Ya veremos, más te vale.
A las diez en punto de la mañana, pasados dos días, entró la joven al local.
Víctor andaba enredando en sus cosas, sin percatarse, de espaldas al recibidor.
La joven fingió una pequeña tos seca, dándose Víctor la vuelta de inmediato sobresaltado.
“Aquí fue el comienzo del que sería el amor de su vida”
Hola, soy Verónica, la hija de Don Luis.
El impacto para Víctor fue brutal, tan inesperado, que su primera reacción, fue capturar con su cámara  ese preciso momento, que por supuesto, jamás olvidaría.
Y con la más provocadora de sus sonrisas, por fin se presentó.
Hola, yo soy Víctor.
Apenas eran unos adolescentes, experimentando el primer amor.
Dos locos apasionados descubriendo la pasión.
Cuantas noches trampeaban a la Luna, y contando las estrellas, iban construyendo sus sueños.
“Si  el mundo se hubiese parado en esos instantes…
Las ventas de la fotografía en el local, no eran las deseadas, no llegaban con el dinero para realizar sus ansiados sueños.
Víctor, optó por mejorar de empleo, con el propósito de posicionarse mejor económicamente.
Cursó oposiciones para la policía del estado, consiguiendo su objetivo.
De allí salió un policía raso de barrio, y eso, no quería para él.
La ambición por superarse, dio un paso más, formándose en un cuerpo especial.
Un puesto, que le daría un estatus, tanto social, como económico.
Todo marchaba, la felicidad les daba la mano, bendeciéndoles con un hijo que se engendraba en el vientre de Verónica.
Sin embargo, un fatídico día, llamaron para comunicar a Verónica, la más triste noticia.
Víctor, con dos de sus compañeros, saltaban por los aires literalmente.
Un artefacto tras la puerta de la casa de unos delincuentes, les estalló de lleno.
Tras estar entre la vida y el más allá.
Tras infinitas operaciones.
Verónica, permanecía a su lado, haciendo un gran esfuerzo todos los días, recorriendo quince kilómetros en bici, ya que el hospital, desde donde vivían, estaba a larga distancia.
Para colmo de más desgracia, Verónica, pierde el fruto que lleva en su vientre.
“Ni Víctor, ni Verónica… Volvieron a ser los mismos”
Víctor entró en una  depresión.
Postrado en una silla de ruedas, el abdomen magullado, el cuerpo torturado, la mente hundida.
No era justo!
La desidia y el infortunio lo contaminó  todo.
Lo que pudo ser y no fue.
Lo más bello y hermoso, se destruyó tras aquel fatídico día que el maldito artefacto exploto.
Recuperado tras meses de dura agonía, Víctor, decidió cambiar su vida de lleno, dejando su país.
Necesitaba olvidarse de todo, empezar una nueva etapa, volver a ser, sentir y vivir.
Cruzó miles de kilómetros, retomando la que siempre fue su pasión, su profesión.
Se volvió a enamorar “ eso creía” por dos veces.
Relaciones que fraguaron.


Porque hoy es el día, que ve a Verónica, en los flases que a su mente en imágenes llegan y guarda  en sus retinas.


Querrá el dichoso destino caprichoso que en un futuro unan sus vidas?...



Yayone Guereta.