Sangro.
Y duele.
No se aprecia color.
Textura.
Sabor.
Pero yo sangro.
Lo noté hace cinco minutos.
Dibujando tres versos.
También escuchando una canción.
Lo noté en mi cuarto.
Tan desordenado.
De vidas pasadas.
De memorias cansadas.
De caminar entre cajones.
De este rincón vencido.
Por la soledad.
Aquí hay peluches.
También estuches.
Con sus colores.
Que recuerdan sabores.
De besos pasados.
De cuerpos ausentes.
Mis cumpleaños cuelgan de las estanterías.
Las velas gastadas son las primeras caídas.
De esta epidemia de mi.
En el centro, una cama.
Con su almohada.
Doctorada en psicología.
Que es una variante de la magia.
También esta mi poesía.
Que lucha por salir cada noche.
A respirar.
A través de otros cuerpos.
Viviendo en círculos.
De luz.
Fuera de mi.
Por eso sangro.
Al verla partir.
La poesía de mi.
Es lo único que me queda.
De mi cuerpo.
Por eso me invento.
Cada noche.
Antes de morir.
...dolemos.
ResponderEliminares otro modo de saborear la vida.
prefiero todos los otros sabores, pero
los dolores también son parte de la vida.
por eso a veces prefiero no estar.