Junto a la iglesita de la Divina Pastora, una hermosa planta nos advierte de su condición de planta, que no de cenicero; aunque algunos no se den cuenta, mentira parece.
Santa Catalina va a bajar con su rueda, atentos. O Santiago con su caballo. No van a llegar a la Plaza Mayor.
Ya ve usted, Sor Austringiliana. Todo se confunde hoy en día. Una planta con un cenicero, una sesión del Congreso con una función de circo. Sí, lo de ayer y anteayer.
María Ángeles Merino