Recibo correo de la inefable Sonia Luz, desde Lima, con unas fotos en las que aparece junto a mi Gabo peruano, su esposo [al que le debo una estatuilla de Cervantes... no me he olvidado, amigo], y con Anita y Eduardo, esos dos hermosos vencidos que me hicieron hueco en su casa de Lima a la vez que me abrían los brazos con verdadero afecto. Muchos días me viene su recuerdo a la cabeza, sobre todo al amor de las constantes noticias negras que la Iglesia Católica arroja a la prensa diaria en los últimos meses... me viene su recuerdo para pensar siempre en que hay cristianos hermosos que viven su religión con verdad y con auténtico compromiso hacia quienes sienten dolor y necesidades... aún llevo en mi cabeza las palabras de Eduardo cuando le expresé que no era creyente... su respeto hacia mi opción y su tranquila determinación por el camino de un Dios de la justicia y de la igualdad entre los hombres... Anita y Eduardo, Ricardo Falla [Gabo] y Sonia Luz quedaron en mi corazón como tipos en
Bitácora de Luis Felipe Comendador