Los jóvenes, digo, Ministro, no saben ni lo que quieren, que en esta bendita paz que disfrutamos les ha resultado o demasiado fácil. Una guerra les daba yo, tú me dirás, que nunca han vivido como viven hoy, que a nadie le faltan cinco duros en el bolsillo, que es lo que yo pienso, que el tener les hace orgullosos, ¿qué diréis que me hizo el muchacho de Paco esta tarde? y el Ministro le miraba con el rabillo del ojo, mientras devoraba con apetito el solomillo y se pasaba cuidadosamente la servilleta blanca por los labios, tú dirás, y el señorito Iván, muy sencillo, al acabar el cacerío, le largo un billete de cien, veinte duritos, ¿no?, y él, deje, no se moleste, y yo, te tomas unas copas, hombre, y él, gracias, le he dicho que no. Bueno, pues no hubo manera, ¿ qué te parece?, que yo recuerdo antes, bueno, hace cuatro días, su mismo padre, Paco, digo, gracias, señorito Iván, o por muchas veces, señorito Iván, otro respeto, que se diría que hoy a los jóvenes les molesta aceptar una jerarquía, pero es lo que yo digo, Ministro, que a lo mejor estoy equivocado, pero el que más y el que menos todos tenemos que acatar una jerarquía, unos debajo y otros arriba, es ley de vida
( "Los santos inocentes" de Miguel Delibes)
Eso, inocentes.
ResponderEliminarSaludos
Pues sí, todavía quedan muchos inocentes, lo que no tengo yo tan claro es que sean santos.
ResponderEliminarUn abrazo, Emilio.
Y qué cerca estamos por mucho que sea en colorines y HD.
ResponderEliminarUn beso