Hace ya algún tiempo estando de visita en casa de mi madre y
con la única intención de pasar el rato, me acerqué al mueble donde guarda los
viejos álbumes de fotos familiares y comencé a ojear uno de ellos, mi madre
sentada a mi lado comenzó a narrar la historia de alguna de las viejas y
amarillentas fotografías. Mira esta es en la boda de la prima Mari, esta es la
tía Elisa, este eres tú montado en el borriquito que daba vueltas alrededor de la
plaza de oriente, te gustaba tanto, ¿te acuerdas?
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Fotografía original |
Al pasar una hoja del viejo álbum me llamo la atención una
foto sucia y amarillenta de un hombre al que no conocía y del que nunca nadie
me había hablado, era joven y vestía una chaqueta oscura y gorra del mismo
color, seguramente de no ser por el agujero que presentaba en la gorra hubiera
pasado sin prestarle más atención, pero yo soy curioso por naturaleza y
pregunte mamá ¿quién es?, ¿por qué tiene ese agujero en la foto? es mi tío, el
hermano de la abuela María, fue la abuela la que hizo ese agujero, fue mucho
antes de que tú nacieras, contestó mi madre.
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Fotografía restaurada |
Aquella respuesta no solo no dejó satisfecha mi curiosidad
sino que despertó en mí las ganas de saber más, mirando a mí madre volví a
preguntar ¿por qué?, ¿por qué la abuela rompió la foto de su hermano? mi madre
me miró inspiró profundamente y me dijo, está bien pesado te lo contare. Como
te he dicho antes el de la foto es el hermano de la abuela María es decir mí
tío, se llamaba Francisco era miembro del partido comunista y murió durante la
guerra en el frente defendiendo Madrid. Al acabar la guerra los fascistas
comenzaron la persecución sin cuartel de todos los que se habían enfrentado a
ellos en defensa de la república, entraban en las casas pistola en mano, lo revolvían
y registraban todo, bastaba que encontraran el menor indicio de que alguien de
la casa hubiera simpatizado o militado en cualquier sindicato o partido político
de izquierdas, para en el mejor de los casos acabar en la cárcel, en el peor
tirado en la cuneta de cualquier carretera con un tiro en la cabeza.
Esa fotografía, es la única que la abuela tenia de su
hermano, en ella aparecía con la hoz y el martillo prendida en la gorra, así es que tomo la decisión de mutilarla para poder conservarla, cuando la abuela
murió yo me quedé con ella y la puse en ese álbum donde tú la has encontrado y
esa es la historia de esa foto, ahora déjame en paz que eres más pesadito hijo.
Camino de casa pensé que podía devolver a la fotografía su
estado original que se lo debía a mi abuela, a su hermano, y a mi madre, sería
mi pequeño homenaje a todos los hombres y mujeres que habían dejado sus vidas
defendiendo la libertad, la justicia y la razón contra el fascismo y muy especialmente
a aquellos que todavía continúan enterrados en los márgenes de muchas carreteras
de este país, sería mi humilde contribución al mantenimiento de su memoria.
Olé tu tío Francisco, y gracias por compartir la Memoria de esas personas que dieron su vida por la Libertad, la Justicia y la Fraternidad humana, Descansen en paz. No los olvidaremos. Besos, Bipolar, tal vez seas la reencarnación de tu tío o por lo menos conservas parte de su conciencia, conciencia que debe perdurar y seguir luchando por lo mismo que lucharon ellos.
ResponderEliminarPuede que sea una humilde contribución a la memoria, yo la entiendo de la siguiente manera, si todos los que pudieran hacer algo por esa memoria, lo hicieran, aquí estaríamos en otras cosas y no viendo como aún se encuentran gran cantidad de nombres franquistas en nuestras calles, con monumentos loando hazañas bastardas o con muertos en lugares que ya pocos saben, y que por soberbia no se desean que duerman tranquilos donde las familias los puedan visitar.
ResponderEliminarSaludos
Que bonita historia mi Gachupín, eres un lindo.
ResponderEliminarBesos
Bonita historia, y para ti desde luego entrañable y hermoso recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo peor de las guerras civiles es que se matan hermanos contra hermanos. Muchos lucharon sin saber porque luchaban, simplemente por que los reclutaron... A mi abuelo le dieron el paseíllo, era comunista y no iba a misa, pero el cura era buena persona y vecino, gracias a él se salvó y volvió a casa. En fin, en las guerras se ve la calidad de las personas. Mi abuelo llegó un momento que decía "dejar a los muertos en paz si es necesario para que no vuelvan hablar los fusiles".
ResponderEliminarSaludos afectuosos