Siete velos visten la poesía,
desde tu mirada soy otra maravilla
del mundo,
mi belleza serena y madura encuentra
su lugar
en los eróticos jardines de tus
sábanas.
Despojada de pudores y complejos
me decoras con la cera de la
sensualidad,
y esta se despereza con melosa
indecencia.
Manejas con descaro sobre mi mente
el libro de los conjuros,
me hago danza sobre tu cuerpo
y vuelco sobre ti aquello que
invocas.
Viajeros cruzando piel,
atravesándola
con todo el peso de la verdad flotando
en el aire.
Nunca conoció la oscuridad tanto brillo
como el que yo enciendo en tus
ojos.
© Auro
Ha llegado la época donde bajo las revoluciones,
me siento en el borde de la mañana
y disfruto de un café pausado junto con el sonido de la vida.
A quiénes venís os pido disculpas por mis ausencias y mis demoras,
no sin antes agradecer vuestro tiempo y compañía.