Por'ui Eisy'eir K'tadie se arregló la extraña masa del traje de protección después de que una explosión retumbara en la colina que se encontraba tras ella, acompañada del sonido de ráfagas de fuego dispersas. Echó una ojeada por encima del hombro y asintió con la cabeza a su compañero, manteniendo el grabáfono por debajo de su boca.
—¿La'je'ri, estás preparado? —preguntó.
El grabador, Por'la Eisy'eir Je'ri asintió:
—Entramos en treinta dec'taa.
—Muy bien. Vamos a hacer unas tomas de la batalla —dijo Ui'k'tadie mientras empezaba a escalar la pendiente.
La'je'ri trepó tras ella, un poco más despacio debido al peso del equipo de grabación de imágenes. Vestido igualmente con un grueso traje de protección y sudando a chorros, rezó para que este trabajo no implicara correr tanto como el anterior.
—¡Venga, date prisa! —le espetó Ui'k'tadie bruscamente—. Nos vamos a perder lo mejor.
La'je'ri consiguió llegar a la cima de la colina jadeando por el esfuerzo y dirigió el grabaimágenes hacia Ui'k'tadie. Las explosiones y los haces de fuego iluminaban el rostro de su jefa. Ui'k'tadie se arregló de nuevo la armadura personal, mientras sus rasgos faciales tomaban la expresión seria y mesurada de un corresponsal de guerra Tau.
—Entramos en tres, dos, uno...
—Me encuentro en la colonia Nimbosa, donde las fuerzas de Shas'o Tash'var Ol'nan B'kak están allanando el terreno para la futura expansión del Imperio Tau. Como pueden observar, la batalla se encuentra en un punto de máxima actividad y el número de muertos es muy elevado. Se trata de una lucha muy dura, pero también muy noble ¡y los heroicos Guerreros de la Casta del Fuego están decididos a salir victoriosos!
La'je'ri giró el grabaimágenes para obtener una toma panorámica del puesto fronterizo de los gue'la, evitando filmar los cadáveres de los Guerreros de la Casta del Fuego. El puesto enemigo estaba en llamas y las Armaduras de Combate seguían disparando cañonazos de plasma letal contra las frágiles barricadas. Un tanque Cabezamartillo rodeó uno de los edificios, apuntando a un tanque gue'la con el acelerador lineal. El Cabezamartillo disparó y el proyectil a hipervelocidad destruyó el objetivo en medio de una bola de fuego cegadora. El grabador sintió una oleada de orgullo al comprobar la puntería del artillero de la Casta del Fuego. Luego giró el grabaimágenes para enfocar de nuevo a Ui'k'tadie, que seguía informando.
—Se ha ofrecido a los gue'la la posibilidad de unirse a la gloriosa expansión del Imperio Tau, pero, hasta el momento, se han negado a aceptar tal honor. Como podrán comprobar, los Cabezamartillos de la Casta del Fuego se están colocando en este preciso instante en posición y...
Una explosión hizo temblar el suelo al impactar un proyectil de mortero veinte metros a su derecha. La'je'ri se tambaleó; la sangre le manaba de un corte en la pierna donde un fragmento de metralla había atravesado su mono de trabajo. Los rayos láser silbaron a su alrededor cuando los gue'la abrieron fuego sobre la zona donde se encontraban.
—¡Los gue'la nos están disparando! —gritó Ui'k'tadie excitada—. ¡Venga, tenemos que acercarnos!
La'je'ri siguió de mala gana a Ui'ktadie y bajó por la colina en dirección a la batalla con el grabaimágenes dando botes sobre su hombro. Mientras corría, Ui'k'tadie se volvió a La'je'ri y gritó:
—Como pueden observar, los Guerreros de la Casta del Fuego han asegurado el perímetro exterior del puesto fronterizo y una escuadra de Drones de Combate está manteniendo a raya a los gue'la. Otro grupo nos está disparando, pero veo que las "Apocalipsis" ya están a punto de encargarse de ellos.
El edificio delante de ellos dos se vio de repente envuelto en llamas al ser impactado por los misiles de las Armaduras "Apocalipsis", que lo redujeron a un montón humeante de escombros y planchas de metal retorcidas. Los gritos de los gue'la surgieron de entre las ruinas, en medio del ruido de los cargadores de munición que explotaban a causa de las llamas. Una oleada de fuego procedente de la explosión pasó por encima de ellos y La'je'ri pudo sentir el calor chamuscando su cabellera. Un rayo láser le atravesó el brazo y lanzó un alarido de dolor. Ui'k'tadie pareció no haberse dado cuenta y fue a pararse tras una barricada improvisada para seguir informando.
—Me encuentro en este momento en el borde del fuerte de los gue'la y he de confesarles que esto es muy emocionante. Los gue'la han combatido con su típico arrojo, pero no pueden igualar la experiencia y dedicación de nuestros valientes Guerreros de la Casta del Fuego. ¡En estos precisos instantes, se están asaltando los últimos reductos de resistencia! ¡Estamos a punto de ser testigos presenciales de la victoria de las tropas del Comandante O'b'kak!
La'je'ri siguió a Ui'k'tadie por encima de la barricada hasta los restos en llamas del fuerte de los gue'la. Había cadáveres esparcidos por todo el lugar y sintió que el horror le invadía al contemplar la magnitud de la carnicería. Sabía que todo era por el Bien Supremo, pero eso no conseguía convencer a su estómago. Supuso que los Guerreros de la Casta del Fuego estaban acostumbrados a ver cosas así, pero él no, cosa que agradecía enormemente.
La'je'ri se encontró a sí mismo corriendo junto a Guerreros de la Casta del Fuego y el líder de la escuadra le lanzó una mirada de sorpresa. Él se encogió de hombros y siguió detrás de Ui'k'tadie mientras una ráfaga de rayos láser surgía de un edificio de enfrente. La cabeza del líder de la escuadra explotó de repente y Laje'ri sintió un martillazo en la barriga al ser alcanzado por un rayo láser. Las piernas dejaron de soportar su peso y vio que el suelo se le acercaba a gran velocidad, golpeándole en la cara. Las lentes del grabaimágenes se rompieron y, con un último esfuerzo, consiguió mantenerlo enfocado hacia Ui'k'tadie, al tiempo que observaba cómo el contador de tiempo que había en la esquina de su visor se iba acercando al cero. La conexión en directo con T'au estaba a punto de terminar.
Ui'k'tadie se acercó a su grabador y dijo:
—La batalla casi se ha terminado. Los Exploradores han rastreado a los gue'la que quedaban y allí... sí... creo que estoy viendo cuatro misiles dirigiéndose hacia su posición. Sí, ¡cuatro misiles acaban de impactar en la última defensa de los gue'la y creo que podemos concluir categóricamente que la resistencia ha terminado! Otra gloriosa victoria para el ejército del Imperio Tau y otro planeta que se añade a nuestra gloriosa expansión. En este preciso instante, me notifican que las bajas han sido mínimas y que no ha habido pérdidas graves.
La'je'ri lanzó un gemido y comprobó el contador otra vez. Cuando llegó a cero, aún consiguió decir:
—Estamos fuera...
Ui'k'tadie bajó el grabáfono y empezó a levantar a su subordinado del suelo.
La'je'ri lanzó un alarido de dolor.
—¡Me han herido! —jadeó.
—No, no te han herido —le respondió Ui'k'tadie irritada—. La armadura ha absorbido el impacto. Estás perfectamente. Venga, vamos, no te hagas el remolón. Tenemos que entrevistar a los Guerreros de la Casta del Fuego para conseguir sus impresiones de la batalla.
La'je'ri lanzó otro gemido y se incorporó, doblándose por el dolor al recoger el grabaimágenes del suelo.
Seguro que existía una forma más sencilla de extender el Bien Supremo.
Fuentes[]
- White Dwarf nº 80 (Edición española).