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Nota: Oficial en el Codex: Necrones de 3ª Edición, omitido en el de 5ª Edición.
La Caída de Damnos fue una sangrienta escaramuza entre los Necrones del Mundo Necrópolis de Damnos y los Ultramarines de la 2ª Compañía, liderados por el Capitán Cato Sicarius.
Historia[]
Herencia lúgrube[]
A causa de unos movimientos tectónicos, el Mundo Necrópolis de Damnos se había activado. Con la eficiencia habitual de los Necrones, el gran ejército Necron diezmó a las FDP y a la Guardia Imperial y destruyó todas las ciudades menos la capital, Kellenport.
Según los registros, los primeros en caer fueron las colonias mineras. Arañas Canópticas monstruosas y enjambres de Escarabajos Canópticos brotaron en masa de la oscuridad, masacrando a los mineros aterrorizados con rayos de gauss esmeraldas y garras plateadas. Un puñado de trabajadores lograron sobrevivir hasta alcanzar a los asentamientos más cercanos y manofactorums, aunque los Necrones no andarían muy lejos.
En el espacio de medio año, la mayoría de los complejos de tumbas de Damnos habían despertado de su letargo inmortal. Falange tras falange de Necrones surgió acechando en el frío aire de la superficie del planeta, en apretadas hileras cuyos efectivos parecían infinitos en número. La FDP se encontró bajo ataque de un enemigo tan avanzado que incluso cuando morían no podían detenerse. Para empeorar más aún estos hechos, tormentas terribles irrumpieron en Damnos Prime, los espectros electromagnéticos que les acompañaban hacían imposible enviar llamadas de auxilio.
A los ciudadanos de Damnos les pareció que las tormentas actuaban con una sentencia malvada, rodeando los centros de comunicación y revolviendo los motores cogitadores en los que un enlace vox-salmo estaba establecido. La Guardia del Arca, regimientos de la milicia que estaban apostados por todo Damnos, no tuvieron esperanzas de volcar todo su poder ya que su red vox había sido desactivada por el velo Necrón. En cualquier parte que se enfrentaban a los xenos, sus tanques fueron destruidos, quedando tan solo ruinas humeantes, gracias a la tecno-hechicería de los Necrones.
Aunque lucharon valientemente, la FDP no tuvo ninguna oportunidad. Los defensores de Damnos Prime fueron sistemáticamente desintegrados, un asentamiento tras otro. En el transcurso de unos meses, el continente entero de Damnos Prime había caido tan en silencio como una tumba.
Ésta fue la situación que los Ultramarines se encontraron al descender al planeta. El ataque anti-aéreo contra la Venganza de Valin ya se lo había hecho suponer al Capitán Sicarius, pero descendió a Damnos para frenar a los Necrones.
Toda la vida del planeta sería diezmada en cuestión de un año humano.
El rescate de Kellenport[]
Sicarius dirigiendo el ataque.
Las fuerzas de los Ultramarines se dividieron en 3 grupos:
El primer grupo, dirigido por Sicarius, atacó el núcleo de mando Necrón. Se enfrentaron contra la mayor fuerza de combate. Lucharon hasta encontrar al Líder Necrón, con el que el Capitán Sicarius se enfrentó, y resultado de ello fue la grave herida que le dejó fuera de combate. Mientras su Escuadra de Mando se replegaba para defender a su Capitán herido, el Dreadnought Agrippan rompió las filas alrededor del Líder y le aplastó con su puño de combate. Con el Capitán fuera de combate, Agrippan tomó el mando y persiguió a los Necrones en retirada destruyendo a miles de ellos.
El segundo grupo, dirigido por el Bibliotecario Jefe Tigurius, se encargó de destruir los Cañones Gauss y Pilones que disparaban a Kellenport y contra la Venganza de Valin. Una gran explosión confirmó la destrucción de los cañones.
Desembarco de la 2ª Compañía Ultramarines en Damnos
El tercer grupo eran solo Cápsulas de Desembarco con Lanzamisiles Viento de Muerte que se desplegaron por todo Kellenport para ayudar a barrer las apretadas filas de Necrones asediantes y dar apoyo a los defensores.
Evacuación[]
Tras la desaparición de los antiaéreos, los refuerzos llegaron y con ellos los Tecnomarines, que reforzaron las defensas junto con los técnicos civiles. Mientras, las Cañoneras Thunderhawk empezaron misiones de reconocimiento. Trajeron malas notícias, ya que el ejército Necrón se había reagrupado y aumentado, mientras que más Necrones se despertaban en el norte. Para evitar que llegaran, Agrippan lideró ataques rápidos para destruir nodos secundarios, lo que ralentizó el avance Necrón, pero en una semana volvieron a asediar Kellenport. Los transportes fueron evacuando a la población, pero con el asedio volvió el fuego antiaéreo y con el asalto Necrón aún habían evacuados en el espaciopuerto.
La batalla final[]
Los Ultramarines defendieron la ciudad con una furia como la de sus leyendas. Primero defendieron los muros. Cuando los muros cayeron, defendieron calle por calle. Cuando las calles se convirtieron en ruinas, defendieron esas ruinas. Pero no habría sido suficiente sin Tigurius y Agrippan.
Allí donde el combate era más duro, Tigurius aparecía lanzando devastadores ataques psíquicos o creando escudos psíquicos. Personificaba el valor y disipaba el miedo de los hombres. Y si Tigurius era la inteligencia y la mente, Agrippan era la fuerza indomable.
Él solo defendió la Puerta Oeste durante tres horas, con su armadura rota y desgarrada, masacrando a todos los Necrones. Solo retrocedió para enfrentarse al Monolito que apareció en el Patio de Thor, al cual aguantó el ataque y acabó destruyendo.
Durante el ataque, los transportes evacuaron a los civiles que quedaban, y aunque algunos fueron abatidos, cuando los Necrones llegaron al espaciopuerto, solo quedaban los defensores y sus líderes, atrincherados y esperando su evacuación.
En estos pocos minutos, Agrippan fue alcanzado por una docena de Cañones Pesados Gauss. Viendo ya cercano el final, realizó un último sacrificio. Se lanzó contra las filas Necronas arrollando a los atacantes, y cuando los soldados fueron evacuados, Agrippan sobrecargó su núcleo y borró el espaciopuerto y a los Necrones.
Incluso después de sufrir estas graves pérdidas, la 2ª Compañía volvería a luchar.
El ascenso de Damnos[]
Tras la derrota de los Ultramarines, los Necrones de Damnos se apresuraron a volver a activar sus Puertas Dolmen, y a reconquistar la zona circundante de la Telaraña. Expulsaron a los Eldars que allí residían, y conquistaron gracias a esto parte del Segmentum Ultima.
Fuentes[]
- Codex: Necrones (3ª Edición).