Alguna vez... alguien me contó, que con piel transparente, del olor de oliva, la piel huele a violetas y sabe a miel, cuando los cedros acarician con la boca; Recorriendo mis contornos, deteniéndose dulcemente en mis comisuras, serás lamiendo, como una brisa buena, la superficie de mi alma. El gesto tiene que ser dulce, entrañable, profundo; mientras mis ojos lloran, mis músculos se relajan. Pon tu mano, tu boca, y baja hasta el sitio de costumbre, y sé inofensivo a mi vulva gravitante. Desde la carne que parpadea, a lo lejos, me llegaran tus palabras. Entonces dije: Yo seré la mano, el látigo que azota, el gesto que acaricia, el viento que se lo lleva, la voz que te despide; Seré, "Tu infinito orgasmo." Gustab. Otros "ALGUNA VEZ"