En algún lugar
está lo cercano, la esencia,
de la parte cotidiana
de la mirada [imperfecta] que reclama.
Es de suponer, que viaja
a su ritmo, tradicional.
Como si la sorpresa estuviera ahí
a la espera de ser encontrada.
Sigo… en el atípico intento de conseguir
qué la vida no golpee.