"Mujer vinosa, mujer lujuriosa"... Mujeres.

Campirela, nos invita a inspirarnos en una canción o en el titulo de una canción, para que a partir de esta escribamos un relato, pero resultó un elemento inspirador más que una canción. 
Dicen que la mujer es como el vino, y no va en la edad, sino en el placer que producen a los sentidos y la manera de disfrutarlas. Mujeres, ¿Qué hubiera escrito Neruda, qué habría pintado Picasso?, Si no existieran musas como ustedes, mujeres.
Si bien hay vinos malos y buenos, sacando el carácter de la canasta, podemos disfrutar de su existencia a través de los sentidos. Es por esto que he escogido la canción "Mujeres" de Ricardo Arjona para representar el significado de ellas para los hombres. Creo que esta canción encierra todo lo que un hombre ama de una mujer, y nada mejor para conocerlas, que a través de los sentidos, incluso el séptimo , que es al que menos le hacemos caso. La clave está en la miel que puede derramar una mujer y como es percibido por nuestros sentidos. Quién sabe de vinos, sabe de mujeres. Siendo los ultimos, siempre mas fáciles de disfrutar  y entender.

..Y es que las lágrimas nos indican su nivel de untuosidad, definida como la sensación de suavidad que genera en el paladar, así como el grado de excitación del momento.

Donde la de cuerpo ligero, es aquella que se siente más liviana al paladar y más viscosa en la boca, y el de cuerpo completo, el que cubre cada esquina de tu paladar con densa majestuosidad.

Mientras la mujer se excita, pueden aparecer sedimentos escurridizos entre sus labios, “posas” que van quedando producto del derrame y el placer que les produces. Estos son dulzores de la uva en la que se ha elaborado el recorrido y como se van al fondo de tu paladar.

Y es aquí, donde los sentidos juegan su gran papel en el disfrute de ta tan hermoso regalo. Primero, oler; Cogemos la senda de su ombligo hasta tocar la copa, disfrutando de su aroma al deslizarse con besos, preferiblemente por el delicado camino de los vellos, los que acompañan el recorrido erizando su piel. Así el viscoso fruto se va calentando y soltando todos los aromas que emergen de ella. Inclinamos la nariz sobre el fondo rubí y observaremos el color, nos dará una idea de la edad frutosa que lleva por dentro. Por lo general, cuanto más rubí o cereza y brillante es la insinuante caracola, más joven y fácil de satisfacer es la piel que la recubre; Si es más granate o teja anaranjado, suele ser más envejecido, y más lento en su proceso.

En algunos casos nos será difícil o imposible leer la humedad que corre como ligeros esteros brillantes. Cuando podemos ver claramente a través de vaho que genera la calidez de la carne, diremos que es de más lento el proceso, el orgasmo será mas difícil, y el sabor más intenso.

Mediremos la densidad del viscoso néctar, su suavidad y su intenso sabor, de dulce a salado. A más densidad, más concentración, más salada la marea. Si movemos ligeramente la boca, el néctar de su copa, se pondrá más caudaloso y abundante, observaremos como caen las lágrimas más densas.

Sin agitar, metemos la nariz y olemos. Primero localizaremos los aromas primarios, son los propios de la fruta, del dorado candil que florece, de la naturaleza frutal o vegetal. Agitamos con la boca como si fuera una copa, ligeramente, para que el jugo entre en contacto con la lengua y desprenda más aromas, los secundarios, los que se originan de la fermentación del sexo; serán decididos sobre las carnes jóvenes y más cuidadosos en las más maduras.

Seguimos agitando, incluso con la cálida caricia de  los dedos, con más energía para dar paso a los aromas terciarios. Conocidos como bouquet, son complicados de adivinar. Se desarrollan durante y después de la maduración del orgasmo; canela, picante, maderoso, a fruta deshidratada (muy dulce y viscoso, como un almíbar cuidadosamente preparado).

El ataque son las primeras sensaciones que percibimos cuando el sabor intenso llega a la boca. Con la lengua lo pasamos de un lado al otro y tratamos de apreciar los cuatro sabores básicos: salado, dulce, ácido y amargo. Un acabado redondo, es aquel que logra el equilibro perfecto entre los cuatro.

En segundo lugar determinamos la textura, definida con adjetivos como seda, terciopelo o satén, y aquí es donde interviene el tacto. Notaremos suavidad o untuosidad como factores positivos, o astringencia, sequedad y rugosidad, como negativos, de gusto tánico.

Finalmente, destacaremos, qué final nos ha dejado en la boca, en los labios, y en la lengua. Puede ser tánico, ácido, dulce o salado, a veces, margo… puede no tener un final muy definido, incluso puede tener un final poco agradable.

Según la persistencia de ese final, se puede hablar de un orgasmo corto y eléctrico (si dura menos de dos segundos), mediano, largo, incluso muy largo creando una cadena de ellos, casi infinita, donde uno se repite tras de otro, y que se da en las frutas mas dulces y maduras (entre nueve y doce segundos).

Pues ya lo tenéis, a grandes rasgos, así se realiza una cata.

En próximas entradas hablaremos más en profundidad de colores, aromas y otras particularidades de los sexos; negros, blancos, rosados y espumosos. ;)

 

Juan de Marco

Dice el refranero popular:
 "El vino y la mujer, el juicio hacen perder"


Comentarios

  1. Juan de Marco, has hecho todo relato sobre la mujer, nos has saboreado y descrito los sabores y olores, y todo ello en grandeza del sexo femenino y un buen aprendizaje de como ensalzarla. Un abrazo y muchas gracias.

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  2. Con tan sugerente escrito, dan ganas de aficionarse a la cata de vinos... Un abrazo!

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  3. Buen vino, excelentes mujeres. Saludos.

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  4. A ojo de buen cubero, no todo el alcohol es vino 🤪

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  5. Nunca me olvido de una boca de mujer ni del sabor de un buén vino. El vino, cuando no está la mujer y la mujer cuando no está el vino...Ya sabes que el corazón es de los dos.

    Un saludo

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  6. Genial lo de lis, "aromas terciarios" nunca lo había pensado :-).

    Un abrazo, Rodrigo

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  7. Pura delicatesen.
    Un placer degustar tus letras…
    Brindo por ellas.

    Abrazo grande 💙

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  8. Veo que eres un muy catador y ya no hablamos de vinos... Genial y buenísimo, besos.

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  9. El Demiurgo de Hurlingham10 de noviembre de 2022, 13:56

    Mujeres que exaltan los sentidos, las emociones, que fascinan. Y son dignas de elogios.
    Saludos.

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  10. Un placer intelectual la cata de vinos que nos ofreces. Después de leerte y pensando en lo de los colores me voy pensando cómo injertar el Riesling, tan fresco, tan veraniego, al sexo masculino. Un abrazo.

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  11. producto de la tierra procesado y disfrutado, una mujer debe ser igualmente "procesada y fisfrutada " Un abrazo

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  12. Un placer leerte, relato que se saborea.

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  13. La cancion es obviamente "soy un truhan soy un señor" , donde el trobador , maestrode catas en este caso, manifiesta su gusto por las mujeres y por el vino, aunque no tan paralelamnete como entu texto. maravillas de paralelismo comntinuo durante todo el relato. el uego de colores , magnifico.
    abrazo Gustab

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  14. Tu relato me ha recordado a unos versos de la siguiente canción: Григорий Лепс & Стас Пьеха - Она не твоя https://www.youtube.com/watch?v=qRr7Hn6-NYE
    Dice así: "Как глоток ви��а, так тебя она выпивает" - "Como un vaso de vino, ella te bebe." Pero en este caso él es vino ;)
    Saludos, Juan de Marco

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