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BaiLarines Cautivos

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 Las sábanas son testigos de nuestra danza, cada roce, un latido en la penumbra, somos ecos de una sinfonía antigua, mientras el mundo exterior se deslumbra. La seducción embriaga los cuerpos, rozando las sábanas con suaves caricias, como olas que susurran en la orilla, caminos de deseo trazando delicias. Nuestros suspiros se entrelazan en el aire, cada instante, un verso en la penumbra, tejiendo un relato que solo entendemos, donde el tiempo se detiene y el alma se alumbra. Bailamos en la bruma de este abrazo, donde la piel habla en un lenguaje sutil, y el murmullo de nuestras almas danzantes se convierte en un canto que no tiene fin.

Deseos al Viento

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Mi pluma se desliza por el surco de mis dedos al saberte, como el eco de un susurro que al viento regresa, dibujando en el aire cada línea de tu nombre, y en cada trazo, mi alma por ti tiembla y reza. Tus ojos, el faro que en la noche me guía, y al pensarte, mi pecho es un río desbordado, fluyendo en las corrientes de un amor callado, donde cada latido es pura poesía. Eres la luz que se filtra en mi día gris, la nota perdida que da sentido al canto, y en cada palabra que escribo, te hallo, como un destino que, sin buscar, descubrí. Saberte mi hombre es mi dicha y mi calma, el refugio en el que mi corazón descansa, eres la fuerza que sostiene mi alma, y en ti encuentro siempre la esperanza. Porque al saberte, amor, todo en mí florece, mi pluma se desliza y tú eres el verso, en esta historia infinita, sin principio ni fin, donde siempre serás mi universo.

SujeTando Estrellas

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  Con manos de luna nueva, en la noche que no duerme, ella va sujetando estrellas, mientras el cielo la envuelve. Cada chispa es un suspiro, un destello entre sus dedos, y sus sueños, suspendidos, bailan libres entre el viento. El firmamento le canta historias de tiempos lejanos, y en su pecho se desatan mil deseos no alcanzados. Pero ella, sin prisa alguna, sujeta cada estrella errante, como quien guarda la luna en su corazón brillante.

Mis ManOs

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Y si alguna vez... Mis manos son vuelo de mariposa acariciando el deseo recordado de olvidar tu piel sin olvidarte y se siente como magia de noches sin tener que volver a ser lluvia en el pecho de la noche silencio allá donde las noches llegan cremallera de notas rasgadas al abandono del sonido huracanado de tus labios siendo pentagrama en la noche navegas por mi piel provocando el deseo pagano que apuñala el dolor con deseos de tenerte y sentir una vez más solo unas horas segundos de acariciar tus mieles en el núcleo de mis labios.  Me perdonan si no estoy  como antes con todos vosotros en vuestras casas. Os dejo mis cariños con los mejores deseos siempre.

En TierrAs de Nadie

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Espíritus Divinos de la noche! ciega noche oscura de infinito amor,  el es el sentido de mi vida,  la esencia de mi alma,  permitidme en esta noche de luna llena  seguir bailando sus lunas como espiga dorada al sol  madurando en sus brazos las noches de otoño,  robándole tiempo al tiempo sintiéndonos quietos al viento del Norte. Oh Dioses Divinos del Universo! No solteis su mano de mi verso sentido a media voz  en la región delgada que nos separa.  El es mi todo girando en torno a mi alma siendo yo rosa en sus manos. Permitidme entregaros mi vida  y seguir sujetando sus estrellas  con las yemas de mis dedos  como piel de pétalo cuando baila al viento serena . Permitidme ser Constelación,  muerte y duelo a través de mis espinas,  quédate con mi alma más allá del Crepúsculo  y zurze con hilo de seda mi alma salvaje a su cintura  y ambas floten en las dunas de la niebla  en busca del nuevo horizonte en tierras de nadie.  

SoMos

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¡Ey nene! Tu y yo somos el amor Eterno. Somos dos amantes  unidos en comunión eterna en el crepúsculo de la noche. Somos amparo mágico al sustento de la luz de nuestros ojos, al capricho gozoso que me preña las entrañas. Somos tu y yo Tu tan masculino  y yo  tan hembra  recuperando el aliento final  al sentir seductor y atrevido a orillas de tus labios.

A canTo abierTo

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Cubriste mis ojos de blanca gasa privandome de un paisaje sin amarras. Anudaste mis manos de oración en penitencia  ante el altar de tu religión de pasión encendida  subiendome al podium de Olimpo Dorado  sujetando mis deseos dulcemente suspirados. Plena y libre grito tu nombre  tejiendo el espacio en verso de aire,  cuajando el deseo a canto abierto de mudos labios.