Batalla en el Planeta de Ego

La Batalla en el Planeta de Ego fue un conflicto entre los Guardianes de la Galaxia, Ego y los Soberanos. El conflicto comenzó cuando los Guardianes se enteraron de que Ego quería terraformar todos los planetas en todo el universo como una extensión de sí mismo y matar a todos en ellos. Habiendo buscado dar a luz a un Celestial durante años para iniciar su malvado plan, Ego finalmente descubrió que su hijo Peter Quill, heredo sus poderes celestiales por lo que tenía la intención de usarlo como su batería en la búsqueda de la dominación universal.

La batalla fue impedida cuando los Soberanos liderados por la Suma Sacerdotisa, Ayesha, llegaron también al planeta con la intención de vengarse de los Guardianes por robarles sus baterías durante una de sus misiones. Los Guardianes lograron rescatar a Quill de Ego y destruir a la flota soberana, lo que les dio tiempo suficiente para colocarle una bomba en el núcleo de Ego. Destruyendo el planeta cuando la bomba detonó, matando a Ego y salvando al universo de su amenaza Celestial. Esto tuvo un gran costo personal para Quill, ya que también su figura paterna, Yondu Udonta, se sacrificó para asegurarse de que Quill pudiera escapar de forma segura.

Antecedentes[]

Cuando Ayesha envió su flota de drones a eliminar a los Guardianes de la Galaxia porque Rocket había robado unas Baterías Anulax, Ego intervino y destruyó la flota entera, al mismo tiempo que los Guardianes se estrellaron en Berhert. Tras descender en el planeta, Ego se presentó ante los Guardianes y se reveló ser el padre de Peter Quill. En la noche, Ego convenció a Quill de regresar a su planeta para mostrarle su herencia, permitiendo que Gamora y Drax los acompañaran también.

Cuando Yondu Udonta y los Devastadores llegaron a Berhert para capturar a Quill y entregarlo a los Soberanos, Nebula, quien estaba en el planeta junto a Rocket y Groot, engañó a éste último para que la liberara de la nave. Después de que Taserface llevara a cabo un motín contra Udonta y los Devastadores leales a el, Nebula los interrumpió y llegó a un acuerdo con ellos, en el cual ella obtendría un porcentaje de la recompensa por atrapara a los Guardianes.

Udonta, Rocket y Groot fueron tomados como rehenes por Taserface y sus hombres, mientras que Drax, Quill y Gamora conocieron a Mantis, la asistente que Ego crió para servirle. Nebula llegó al Planeta de Ego e intentó matar a Gamora, quien tras sobrevivir a al ataque, logró obtener una tregua con su hermana y comenzaron a explorar el planeta. Recorriendo las cavernas subterráneas del lugar, Gamora y Nebula encontraron cientos de esqueletos escondidos, enterándose así de que algo andaba mal con Ego.^[1]

Batalla[]

Mientras conversaba con Peter Quill, Gamora y Drax, Ego les explicó que él era un Celestial, y que sus habilidades como tal le habían permitido formar el planeta en el que estaban parados. Más tarde, Ego también le enseñó a Quill a manipular sus poderes y juntos jugaron con un balón de plasma que éste último creó, asegurándole que si todo salía como lo tenía previsto, algún día podría construir su propio planeta también.

Más tarde, Ego visitó la recámara de Quill y logró hipnotizarlo para explicarle el propósito de su vida: "La Expansión". Creyendo que había seducido a Quill por completo, Ego le confesó desinteresadamente que él había causado la muerte de Meredith Quill, lo cual causó que su control sobre éste desapareciera. Tratando de apaciguar la noticia, Ego aseguró que no era su intención sonar cruel, pero Quill comenzó a dispararle repetidamente con sus blásters, causando daños estéticos temporales en su apariencia física. Furioso de que Quill se le revelara, Ego creó un zarcillo de energía y lo atravesó con el mismo para extraerle energía celestial, y activar las plantas que había sembrado en varios mundos, expandiendo su ser a lo largo de varios lugares del universo.

En el palacio, Mantis entró a la habitación de Drax y le advirtió sobre el plan de Ego, justo antes de que Gamora y Nebula llegaran para confrontarla. Al enterarse por ella de la verdadera naturaleza del padre de Quill, Gamora se contactó con Rocket y Yondu Udonta, con quienes tras reunirse, estrellaron la nave en el lugar donde estaba para aplastar su forma humana, interrumpiendo su expansión exitosamente. Los Guardianes se reunieron y decidieron viajar al núcleo del planeta, sabiendo que si lo destruían, todo el lugar dejaría de existir.

Mientras Udonta perforaba con láseres la corteza del núcleo, la flota Soberana liderada por Ayesha llegó. Esto provocó que el equipo se viera obligado a realizar maniobras evasivas para no ser destruidos por sus enemigos, lo cual causó que Drax, Gamora, y Mantis cayeran de la nave, pero aterrizaron en tierra firme. Cuando Ego regresó a luchar con ellos, Mantis fue indicada por Drax para hacer que su amo se durmiera, sabiendo que ella había tenido esa tarea durante toda su vida; dicho plan funcionó y Ego entró en un estado de sueño, dejando únicamente a los Soberanos como principal preocupación. Debido a que el generador de la nave de Udonta se dañó, Rocket fabricó una bomba con Baterías Anulax para destruir el cerebro de Ego, y Groot fue el encargado de infiltrarse en las cavernas que conducían a su cerebro para instalar el artefacto explosivo.

Eventualmente, los Soberanos rodearon la nave de los Guardianes y abrieron fuego, por lo que Nebula usó su brazo cibernético izquierdo como fuente de energía para los láseres, permitiéndole a Udonta destruir toda la flota enemiga en un par de segundos. Aunque la nave se destruyó, Udonta, Quill y Nebula lograron escapar de esta y se reunieron con Drax, Mantis y Gamora. Ya estando reunidos, los Guardianes contemplaron su alrededor y repentinamente, un pedazo de escombros golpeó a Mantis en la cabeza, dejándola inconsciente y causando que Ego despertara.

Cuando la superficie del Planeta de Ego comenzó a agrietarse, Udonta le solicitó a Kraglin Obfonteri traer el Cuadrante para realizar la extracción. Drax tomó a Mantis inconsciente y Quill le pidió llevarla a la nave, colocándole un aero-traje para que abandonaran el lugar. El suelo donde Gamora y Nebula estaban de pie, se derrumbó, y ellas cayeron mientras que Quill, Udonta y Rocket vieron a Ego confrontarlos nuevamente. Nebula salvó a Gamora y detuvo su caída, así que ambas lograron recuperarse y regresar a la superficie.

Ego rodeó a los Guardianes y lentamente comenzó a apresarlos, manipulando la superficie de su planeta. Mientras reconstruía su forma humana, Ego intentó obligar a Quill a seguir con la expansión, sin embargo, Udonta lo alentó a utilizar su corazón para controlar sus poderes y poder liberarse de los zarcillos en que éste los tenía envueltos. Empoderado, Quill se liberó a sí mismo y a sus amigos e inició una duelo contra su padre, usando sus poderes para abrirse paso por los lugares altos del lugar y golpeándolo contra todas las paredes rocosas que podía para aturdirlo.

Groot encontró el cerebro de Ego e implantó la bomba en él, activando el temporizador que les daría a todos cinco minutos para escapar. Rocket recogió a Groot y localizó a Udonta para advertirle que debían escapar, pero éste se negó a abandonar el área sin Quill, afirmando que ésta era su oportunidad para redimirse y hacer algo bueno; acto seguido, Rocket le entregó un aero-traje y un traje espacial, le dio la bienvenida a los Guardianes de la Galaxia y lo dejó atrás. Rocket y Groot llegaron al Cuadrante, y Gamora notó rápidamente la ausencia de Quill, por lo que intentó regresar a buscarlo, no obstante, Rocket la electrocutó y la dejó inconsciente, temiendo perder a su amiga si ella moría en el proceso. Viendo que el planeta colapsaría en cualquier momento, Rocket le ordenó a Obfonteri despegar la nave e iniciar la retirada.

En las profundidades del planeta, Ego detectó la bomba implantada en su cerebro e intentó desesperadamente ir a retirarla, pero Quill no se lo permitió. Ego le suplicó a su hijo salvarlo, advirtiendo que si su núcleo explotaba, los poderes que le había heredado desaparecerían y se volvería un mortal común como todos. Sintiéndose horrorizado cuando Quill le dijo que sus poderes no importaban más que el resto del universo, Ego dio un grito y la bomba explotó, matándolo en el proceso y causando la desintegración tanto de su planeta como de su forma física. Después de ver al cuerpo de Ego volverse polvo y notar que sus poderes le habían sido despojados, Quill observó su entorno desmoronarse pensando que moriría, pero Udonta lo salvó y lo llevó de regreso a la superficie. Mientras abandonaban la atmósfera, Udonta se despidió de Quill y le puso un traje espacial, de manera que al llegar al espacio, él murió asfixiado y su hijo presenció su sacrificio con gran tristeza.^[1]

Consecuencias[]

Nuevamente siendo aceptados como héroes, los Guardianes de la Galaxia organizaron un funeral para Yondu Udonta, al que asistieron varias otras facciones de Devastadores. Durante el funeral, Nebula se reconcilió con Gamora y se dispuso a ir por Thanos, a pesar de la propuesta de su hermana para unirse al equipo. Gamora finalmente confesó sus sentimientos hacia Quill e iniciaron una relación juntos.

Kraglin Obfonteri le entregó a Quill un Zune que Udonta le había comprado para reemplazar al Walkam, que había perdido en la batalla; Quill, por su parte, le regaló la Flecha Yaka, sabiendo que Udonta habría aceptado esta decisión. Inspirados por el sacrificio de Udonta, el capitán de los Devastadores, Stakar Ogord, reunió su propio equipo, reclutando a sus antiguos compañeros y a su esposa, Aleta.^[1]

Ayesha, frustrada por la humillación que le causaron los Guardianes, decidió vengarse de ellos y creó un ser artificial perfecto para esta tarea, al cual llamó "Adam".^[2]

Referencias[]