Un Jueves, Un RelatoLocuciones
Quizá no fue muy pensado por mi parte; más bien, fue a tontas y a locas que decidiera encaramarme a la escalera presa de una absorbente curiosidad. Había estado escuchando ruidos durante los días anteriores, más acuciados durante la noche, como es lógico. Seguro que eran ratones. No puedo con ellos, pero si son gordos y sin miedo, me entra una especie de hervor interno que si no salgo corriendo es porque estoy ocupada en levantar los pies y tocar palmas. Avisar de mi llegada es el mejor medio para no darme ex abrupto con semejantes individuos.
Armada con un valor que no conocía, fruto de esa flagrante curiosidad, abrí la puerta del altillo. Asomé la cabeza sin poder eludir pensamientos oscuros: un fantasma, una rata de medio metro mirándome con unos ojos hirviendo en sangre y unos dientes afilados... ¡A saber mi mente qué películas se estaba montando!
Me agazapé sobre la tarima, que crujía bajo mi peso. A cada pequeño movimiento, comía el polvo que nunca habría deseado. Mea culpa por no haber limpiado desde hace años, pero es que tampoco se me había perdido nada ahí arriba, más que trastos que no necesitaba y tiempo que no había perdido. ¡Qué bonita la luz de la luna entre las telas de araña! El fiat lux no funcionó y, de pronto, ante el más grande de lo estupores que yo pudiera sentir, un uh-uh resonó en la oscuridad.
El sonido me congeló. Era inconfundible, un búho. Mi "valentía" había creado escenarios dignos de un thriller, pero la realidad era mucho más sencilla y, en cierto modo, reconfortante. El búho me miraba con sus ojos grandes y brillantes desde una viga del techo, sereno en su observación.
Sonreí, aliviada. Me quedé allí, en silencio, admirando la tranquilidad del ave. A veces, nuestras mentes nos juegan malas pasadas, pero también nos llevan a descubrir pequeñas maravillas ocultas en los lugares más insospechados. Así, bajé del altillo con la sensación de haber hecho un nuevo amigo nocturno que se comería los ratones, que corrían como locos a esconderse de sus garras y su pico.
Este es mi aporte (353 palabras) para la convocatoria juevera de la semana. Picando en la imagen, si deseas, puedes ir a ella y a la lista de participantes.