Una verdad profunda sube a la superficie
desde la sima de mi conocimiento,
es algo que sé y con otros no comparto,
mi logos.
Un general a golpe de tambor del deseo
mueve mi erotismo y mi hambre de vida,
enemigo del corazón y del cerebro,
mi ethos.
Una ambición de ser uno con el lenguaje
hace del poema el fuego de la existencia,
límite de bondad y belleza ardientes,
mi pathos.
En el cielo tras las ruinas de los proyectos
habita mi derrota con aroma humano,
hermandad de escritores del drama inventado,
mi persona.