Pesco
en el mar del espíritu de espaldas a la pantalla.
Grito estos poemas
con un pie en la roca y el otro en la nube.
Soy amigo de las mentes
amputadas y de su porvenir hecho de frágil pureza.
Voy lleno de
empatía por las personas no completas y por los que están hartos de
soledad. Infecto a esos que se rindieron y se someten.
Y al fin deseo
que todos conmigo griten sus penas.
Feliz en este suscitar
constante, soy pescador con renovado espíritu.