Tendría que haber escrito desde
ese micro para contarte mi sueño, pero esa puta manera de no encontrar un
papel aunque arrugado, malgastado, perdido. Ni hablar de bolígrafos
secos. ¡Que va! ni siquiera el lápiz de labios para dibujar mi boca callada. Porque
así son los días de realidad, donde las raíces se empeñan en atrapar mis pies
que no pueden avanzar, y sin embargo: en mi sueño tan alto e inalcanzable, te
abrazo, ¡te abrazo tanto! Que parecemos renacer en la eternidad del milagro
natural.
Pero esa puta manera de despertar, me recuerda, que es
un día más…