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Alberto Orrego

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Alberto Orrego Luco (Valparaíso 20 de abril1854 - 2 de junio de 1931) fue pintor paisajista y diplomático chileno. Fue cónsul de Chile en Venecia, Sevilla, en la cuidad de Génova y Roma el año 1915. Participo y recibió mención honrosa en la llamada exposición de mercado organizada por Benjamín Vicuña Mackenna. Su cuñado fue el pintor Pedro Lira. Es pariente del abogado y novelista [[Luís Orrego Luco] y el siquiatra Augusto Orrego Luco.

Su principal inclinación artística fueron lo paisajes y las marinas, su obra ha sido comparada con la del artista francés Félix Ziem mientras que Antonio romera aclara que el parecido es mas con el del veneciano Francesco Guardi. Romera aclara que el pintor conserva un “resabios de romanticismo” y lo califica como un artista reflexivo y sereno. Por ello es muy difícil enmarcarlo únicamente en un estilo único, el mismo autor antes citado aclara que lo mas correcto sería decir que Orrego Luco es un realista idealizarte a la manera del pintor chileno Ramón Subercaseaux, de todas maneras muchas de sus obras se acercan cromáticamente al movimiento impresionista.

Biografía

La familia de Alberto Orrego Luco perteneció a una familia de acomodados agricultores. Sus padres fueron Antonio Orrego Garmiendo y Rosalía Luco de la Barra. Los primeros años del pintor se desarrollan en Valparaíso donde estudia en el colegio ingles de Mathews y Linacre, más, por problemas económicos, se reubico en el Instituto Nacional donde empezaron sus primeros años de pintura. Sus dotes para la misma fueron expuestos por primera vez en 1872 en la llamada “exhibición del Mercado Central” organizada por el intelectual Vicuña Mackenna, aquí demostró sus habilidades artísticas ante un grupo de más de 10000 personas.

Al año siguiente, en 1873, incentivado por su madre, viaja hacia Europa junto a su hermana Elena Orrego Luco y su cuñado y amigo, el pintor Pedro Lira. Su viaje tenía una intención académica, deseaba estudiar medicina en la universidad de la Sorbonne, pero al llegar a Francia abandona la idea para dedicarse por completo a la pintura. Se ubicó en el barrio latino para después empezar a estudiar pintura en el taller Alexandre Cabanel, Siguió sus estudios pictóricos en la prestigiosa Académie Julian , en Paris, centro de estudios donde fue contemporáneo de artistas como Henri Matisse, Jean Dubuffet, y Marcel Duchamp. A pesar de que en sus inicios Luco se concentró en la escultura y la música, fue la pintura su elección final y durante este periodo el artista centro su creación artista en la corriente artística del realismo.

El gobierno de Chile, reconociendo sus logros en el extranjero, pasa a pagar sus pensión, esto le permite presentarse en el Salón de París de 1877. Aquí obtuvo la segunda medalla con su cuadro “La muerte de San Francisco”. En 1883 se casa con la pintora italiana Carolina Rossi, mujer que conoció en Venecia en el año 1880.

Carrera diplomático

Alberto Orrego Luco comienza paralelamente a su trabajó artístico la carrera diplomática en diferentes países Europeos. Esto le permite dedicarse más tiempo a la pintura y, a la vez, establecer un contacto político que le dejó visitar Chile de manera frecuente. En 1888 es elegido como cónsul en Venecia, lugar donde se desarrolla su principal periodo artístico. Vivió en esta cuidad por casi diez años donde gustó de crear pinturas relacionadas con edificios y monumentos renacentistas. En el cuadro “nocturno veneciano” se puede ver como Orrego Luco crea un cuadro utilizando gamas cromática basadas en tonos grises y azules. Este tipo de paisajes eran de común realización en la antigua época veneciana y eran característicos de la Italia renacentista. La herencia de los maestro italianos no se pierde completamente, si bien el estilo que Orrego Luco ocupa en el lienzo tiende más al impresionismo, el pintor se esfuerza por mantener intacto la esencia de Venecia mediante el uso lugares emblema y retratos de la vida cotidiana. Puede destacarse del cuadro la perspectiva que logra el pintor usando los edificios venecianos.

Su estilo no puso énfasis en ninguna de las tendencias que en ese momento imperaron en la época, pero independiente de eso, tomo parte las técnicas utilizadas para mejor las características de su pintura, como del impresionismo del que aprendió el deseo de pintar al aire libre. Sus capacidades para el bosquejo humano se demuestran es sus autorretratos y en los retratos de su esposa, más se dedica preferentemente al tema paisajista donde prima fundamentalmente la línea horizontal.

Orrego Luco, tenía además el gusto por pintar lugares urbanos, contrario a muchos de sus compañeros artistas que prefirieron entornos agrestes de gusto romántico. El pintor no se esforzaba por intentar mostrar la agitación y movimiento de los edificios que pintaba, más bien estos adquieren un aire calmado y solitario que va en contraste al bullicio y la agitación que estos generalmente producían. Detalles de este particular estilo de pintura se pueden observar en los cuadros “Santa Maria de la Salute” (1882) o “Atardecer en el rió Sena” (1889). La calma y la mesura, tanto en los colores como la del conjunto en general, predomina ampliamente en estas pinturas.

Volvió durante un breve periodo a Chile en 1890 para después regresar a Europa como cónsul en Sevilla en 1892. En este periodo español el pintor altera su paleta de colores la cual se vuelve más brillante y difusa. Sus obras comienzan a marcar el movimiento gracias a pinceladas alborotadas agregando por primera vez flores y frutas dentro sus cuadros. Durante el tiempo que vivió en España se admiró de la pintura de Diego Velázquez en especial del lienzo “Las hilanderas”. Aunque Orrego Luco no participaba en los certámenes artísticos por considerarlos no objetivos y con intereses creados, más, por intermedio de su madre, algunas de sus pinturas llegaron a Chile. Estos cuadros ganaron importantes premios en Santiago, donde pinturas ganadoras como, “El Gran Canal” y “una puesta de sol en el adriático”, fueron ambas comprados por el museo de bellas artes y las conservan hasta el día de hoy.

Al poco tiempo después el artista volvió a Chile con sus hijos y paso a instalarse durante en tiempo cerca de Constitución, en el sector conocido como la “Isla del Maule”. Más tarde se trasladaría a Santiago, donde conoció al empresario [Manuel Ossa]], quien lo contrata para pintar los avances de un estación ferroviaria que por esos años era de gran importancia en Chile. Durante este periodo el pintor se acerca nuevamente a la realidad chilena del siglo XIX.

Pedro Balmaceda toro sostiene sobre el que el artistas posee “una gracia infinita y todos sus bosquejos, donde casi sin excepción nos dan a conocer su espíritu delicado” En el año 1897 el gobierno de Chile le ofrece ser cónsul general de Italia y Suiza con sede en la cuidad de Génova. Luco acepta alegre la propuesta y vuelve a Italia, sin embargo los múltiples acuerdos diplomáticos que en ese entonces se gestaban entre los dos países producto del salitre, acortaron su tiempo libre para pintar, afectando negativamente su estado emocional.

Su estadía en Italia no fue tan productiva como la última vez, pero dentro de los avances que registro se puede destacar que en su pintura apareció por primera vez la nieve. Años más tarde, en 1916, fue reubicado en la Cuidad de Roma. En estos tiempos se comenzaron a sentir los estragos de la primera gran guerra y aunque el pintor desistió al principio de abandonar Italia, la cual consideraba tanto su segunda patria, la enfermedad contraída por su mujer lo obligo a desistir de decisión escogiendo volver a Chile para cuidarla mejor y lejos de la guerra. Aunque importantes médicos colaboraron en su recuperación su mujer fallece al poco tiempo de regresar a Chile.

Muchos historiadores de arte concuerdan que este es momento, sumado a la muerte de una sus hijas, es detonante dentro de la vida del pintor. La situación lo sumió en una profunda depresión que lo mantuvo alejado de todo contacto y cada vez más huraño. Sus obras dejaron de tener la pulcritud de antaño reflejando un evidente abandono, que se manifiesta en figuras transfiguradas y depresivas.

El 2 de junio de 1931 a la edad de 77 años Alberto Orrego Luco muere en su hogar en calma y en paz, para luego ser enterrado en la tumba familiar junto a su madre y su esposa.

Artísticamente sus contemporáneos calificaron a Orrego Luco como un “artista mesurado, reflexivo, con una vasta cultura plástica cuya principal inclinación fueron las marinas y paisajes”. Los premios que logra obtener en Europa y los reconocimientos a su pintura le permitieron seguir su vocación artística, donde el pintor acostumbraba dibujar mucho antes de comenzar a pintar y se esmeraba elaborando el color, elemento que se hace notar en los tenues cambios de luz que existen entre un objeto y otro dentro de sus cuadros. Tenía Orrego Luco una intención academicista marcada por la escuela italiana, a pesar de eso llegó a exhibir junto a pintores impresionistas.

“Laguna del parque Cousiño” es una de sus más destacados cuadros. La imagen retrata una dama de la época junto a un niño frente a la Laguna Cousiño. Es destacable del cuadro la perfección estética en el manejo de los ropajes del dueto. En el lienzo se observa con claridad el espectro generado en la laguna por los árboles contiguos y el dominio de colores claros en el fondo de la imagen. La tónica de esta pintura esta en relación con la nueva tendencia francesa conocida como pleinairismo donde los pintores buscaban retratar paisajes al aire libre en vez de en sus estudios cerrados. Es destacable del cuadro el dominio de los claroscuros, en especial a la hora de tratar la naturaleza circundante al lago, donde se pueden asimilar ramas de distintos tamaños y textura y su reflejo respectivo en la laguna.

Legado

Dentro de lo más destacable de su trabajo esta el cromatismo, donde su obra posee gran abundancia de colores claros y serenos, además del detallismo en pequeños objetos de carácter decorativo y la elegancia de los retratados. Se destacaron entre sus trabajos sus paisajes de Andalucía, Venecia y Chile. Su trayectoria como artista tiene una profunda influencia en el paisajismo chileno a pesar de que la mayor parte de su vida la desarrollo en Europa. Uno de sus más destacables habilidades era su capacidad para entrar en diferentes estilos, Luco incursiono a lo largo de su vida en el romanticismo, el realismo, el naturalismo y el impresionismo. Sin embargo, la mayor parte su obra se ve marcada por la escuela veneciana. Como diplomático, fue cónsul General en Venecia, Génova y Roma. Participo y recibió premios en la "Expocisión del mercado central" y desarrollo un papel importante como educador para distintos artistas chilenos.

Aunque una gran parte de su vida en la desarrollo en Europa, su participación en salones chilenos se mantiene constante por los cuadros que enviaba periódicamente a los salones oficiales chilenos.