El último regalo que me queda por agradecer,
el de Adelina, quien me dedica estas cariñosas y sentidas palabras.
Nunca las palabras de cariño y sinceras son pobres, ni llegan a destiempo,
todo lo que es bueno siempre es bien recibido.
Y así aprovecho de agradecer también a quienes me regalaron por mi día,
por todas sus palabras, por ese cariño que me demuestran,
por sus presencias constantes, por hacerme sentir valorado y querido.
Espero haber retribuido como merecen desde mi aprecio.
Gracias Adelina, gracias a todas.
Dulces besos.
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Mis palabras son pobres para contenerte, pero mi cariño es atrevido y, aunque tarde, quiero desearte todo lo mejor en tu día, de corazón. Se que se cumplirá y todos tus días serán bellos o soportables.
Eres luz, dulzura, carácter... Tus letras son un don con el que acaricias tantas miradas... Y la mía, siempre, mientras existas y publiques, correrá a leerte.
Eres grande... Y estoy feliz de conocerte. Un beso enorme con todo mi cariño.
Adelina