Morí,
en el primer suspiro atravesándome
cuando te vi,
en el primer suspiro atravesándome
cuando te vi,
perdí el equilibrio
y entre el cobijo de tus alas caí.
Oyendo el interludio
de tu alma y mi alma
vi nacer el sol
desde la profundidad de tus ojos
pensando que soñaba
y sucumbí
ante el más diminuto detalle
descubierto en ti.
Lo que era nada fue todo,
lo que era obscuro fue luz,
mi tiempo tú,
y al aliento de tus labios