Hoy conocí a un hombre cuando recogía flores. Es muy interesante y exótico. Nos besamos a la luz de la luna. Esta noche volveré a verlo.
Ahora percibo los auténticos colores de la noche. Movarth me ha enseñado el verdadero negro de la noche y el auténtico rojo de la sangre. Me ha prometido un festín de sangre si le juro obediencia en Morthal.
Ha sido fácil seducir a Hroggar. Movarth me dijo que debía buscar un protector, alguien que vigilara mi ataúd durante el día. Hroggar es perfecto.
Laelette vino esta noche a visitarme. Sació mi sed. La he ocultado para que resucite como mi sirvienta. He hecho correr el rumor por la ciudad de que se fue para luchar en la guerra. Idiotas.
Movarth me ha confiado su gran plan. Debo seducir a los guardias uno a uno y convertirlos en mis esclavos. Entonces, él y el resto de la asamblea descenderán sobre Morthal y tomarán la ciudad. No los mataremos. Se convertirán en ganado para saciar nuestra sed, un ilimitado suministro de sangre y una ciudad para protegernos del maldito sol.
La familia de Hroggar empieza a ser una molestia. Le he dicho a Laelette que los mate a todos y que parezca un accidente. Si va a ser mi protector, Hroggar no puede parecer sospechoso.
¡Pero qué estúpida! Laelette ha quemado viva a la familia de Hroggar. Le pedí un accidente y ella monta un escándalo. Y lo que es peor, intentó convertir a esa niña, Helgi. Solo Laelette podía fracasar así. Mató a la cría y dejó que su cuerpo se quemara.
Algo le pasa a Laelette. No deja de hablar de Helgi. Creo que ha perdido la cabeza. Parece estar convencida de que la niña aún puede regresar junto a ella.
Ha llegado un forastero a la ciudad a investigar el incendio. Debo ir con cuidado.