Les presento mi ultimo trabajo literario: ya no es ni una novela, ni un conjunto de relatos cortos, sino una traducción de un manuscrito alquímico del siglo XVII - XVIII, anónimo, cuyo único ejemplar conocido se encuentra actualmente en la biblioteca publica de Nueva York.
La razón por la que me entusiasmó la idea de traducirlo fue, en primer lugar, la de haber conocido a una persona muy especial, - podría decirse que un guía para mi - que fue quien me lo recomendó ( me refiero a M. M. que me ha honrado con una serie de eminentes comentarios, a mis post en este blog).
La otra razón, - no menos importante - es la de que Fulcanelli menciona en varias ocasiones este tratado, atribuyéndole un gran valor.
Cuando vi que no había sido aún traducido al castellano, me volqué en realizar esa difícil tarea. Ahora, viendo todo en retrospectiva, tengo la certidumbre de que sin la ayuda de mi amigo M.M. nunca me habría atrevido a publicar mi traducción de esta obra.