Continúa la historia de Peyton Westlake alias: Darkman el Hombre Sin Rostro, quien desde la primera parte dedicó su vida a perfeccionar su piel sintética y luchar contra el crimen desde las sombras como un justiciero misterioso, y ahora está horrorizado al conocer que su viejo enemigo, Robert G. Durant, es encontrado vivo.

Durant no pierde el tiempo tomando el control de sus asuntos. Libera a un demente desarrollador de armas recien salido de un manicomio, y lo utiliza para crear un rayo láser mortal.

Ahora, con la ayuda de su fuerza inhumana y de sus disfraces temporales, Darkman deberá liberar al mundo de las amenazas diabólicas de Durant.