viernes, 8 de noviembre de 2024

Sentirte

 


Se visten de fuego mis ojos

para contemplar tu altar

mis manos hacen suya tu intimidad.

Soy el suspiro discreto

que besa los secretos de tu piel

mi boca viciosa saborea tus ganas

con mis ansias de mujer.


Te he sentido en la calidez húmeda de mis sueños

donde el tiempo no existe

donde yo solo pongo el final.


Cuando estoy en el manjar

que se cobija en tus entrañas

no existe un ¡detente!

Todo es, todo ocurre en un pragmático instante

hasta que nuestras almas pecadoras

y perversas eyaculan felicidad.


Son tan intensos y excitados

los gemidos que hasta en el infierno

se sobrecogen de la lava que dejamos derramada.


Mojamos de rocío a las nubes

  que hay en el cielo

y en el dorado vicio de poseernos

nuestras almas suplican...

Volvamos a comenzar de nuevo.

Campirela_







sábado, 26 de octubre de 2024

Una noche diferente

REGALO



La tromba de agua que nos cayó encima hizo que llegáramos empapados a casa ⎯¿Por qué no nos bañamos primero? ⎯ Sugirió mi pareja ⎯Claro es buena idea. Nos desvestimos y nos dirigimos a la ducha juntos.

Muchos dicen que a pesar del tiempo que llevamos juntos, aún parecemos novios o recién casados.

Una vez en la ducha comienza el juego de calentamiento, un besito por aquí, otro por allá; una palmadita, tal vez un apretón; una chupadita en los pechos; yo le pongo el jabón a él y aprovecha para acariciarme hasta el último rincón de mi preciosa existencia; y aunque ese jugueteo me calienta enseguida, no pasó más, terminamos de bañarnos, nos secamos y aún desnudos nos fuimos a la cama. Él cogió el portátil y yo un libro, este tenía unas escenas eróticas bastantes subidas, fue en una de ellas, que comencé a removerme en la cama. Mi pareja me dirigió una mirada, y vio que mi cara quería algo, su mano la llevo a mi entrepierna, estas se abrieron ampliamente mientras me masturbaba.

Mi excitación iba en aumento al igual que la de él, una de las fantasías que queríamos compartir era la confianza que teníamos el uno en el otro. Después de calentarnos y darnos unos minutos de placer, decidimos que sería una buena idea dejarnos llevar por la iniciativa del otro. Fue así como me ato las manos a la cama y me puso un pañuelo en los ojos. Desde ese momento estaba a su merced. Oí, como salió de la habitación, fueron unos segundos, cuando de repente sentí, algo sobre mis pechos, frío. Confía en mí, estos hielos pondrán tus pezones erectos tan duros que serán una golosina para chuparlos. Fue, raro, oír la voz sin verle, su tono era diferente y aquellos hielos hicieron su cometido, mis pezones eran estalactitas. Aquel collar de perlas, que me regalo para mi cumpleaños, lo sentí entre mis muslos, llegando a mi pubis, en él hizo su parada, abriendo mi intimidad, lo paseo con delicadeza, sentí cada bolita como llegaba hasta mi clítoris y hacía que este palpitara de gozo. Mi cuerpo ardía, pues el placer era tan intenso que desee algo más. Despacio, me dijo, hoy te haré disfrutar de diferente manera, goza, solo tienes que sentir, dejarte llevar. Nunca habíamos practicado este tipo de sexo, aunque lo pensamos muchas veces, hoy sería mi estreno como sumisa, me costaba aceptar estar allí atada y no poder participar en el juego erótico, pero estaba siendo un aprendizaje placentero. Sus dedos penetraron en mí, sin previo aviso, sentí una ola de elixir recorriendo mis piernas, su voz se había transformado, no la reconocía, era más ronca, sus dedos más fuertes, entraban en mí como visitantes, no como Amo. Cuando fui hablar, note que me ponía una mordaza en la boca, gire la cabeza, pero no me dio tiempo, sentí una asfixia, me calmo mi pareja, diciéndome que todo estaba bien, que gozara, que no pasaba nada. En ese momento me tranquilicé, en mi cuerpo no había un hombre, era dos, recorría mis senos con la yema de sus dedos, el otro seguía con su juego de manos, llevándome al límite del placer. Sentía correr lágrimas de satisfacción sobre mis mejillas, mis brazos me dolían de querer soltarme. Mis orgasmos eran uno detrás de otro, no podía creer que tal placer existiera, mis pechos eran amasados y acariciados dependiendo de quien los tocara. Al igual que mi vagina, ya no tenía más jugos dentro de ella, cada masturbación era una agonía delirante, hasta que me quitaron la mordaza y pude decir basta. Sus labios se posaron en mi boca y nuestras lenguas jugaron a desearse, fue cuando en mí, otra entrada, una lengua acariciaba mi clítoris, mi gemido fue tan intenso, que mi cuerpo se desvaneció de placer. Aquella noche descubrí que el sexo se puede vivir de muchas maneras. Campiela__







sábado, 12 de octubre de 2024

Deseos


Rápido entre el misterio de la noche Deseo ser liberada De toda la complejidad Sostenida en la vida Sea la adicción de un anhelo, A tener el placer deseado Donde el corazón siente por el corazón, Deseando que ambos ardan, Pareciendo que ambos sienten. ¿Cómo voy a volar? Sí, me refugio entre tus brazos Brillando por cada poro de mi piel Turbulenta dicha, del pecado ¡Deseo, placer, lujuria, tú eres todo eso!

Rocío entre mis piernas
senos proclamando tus manos
la noche irrumpe el silencio
con quejidos desmembrados.

  Mi cuerpo convertido en fuego
  Cubre de tu aroma mi piel
Una risa hipnotizada
Son los gemidos ahogados
De tanto deseo y placer.
Campirela_









                                                 Campirela_

sábado, 14 de septiembre de 2024

Brisa


 De espaldas ante ti 

quiero que adivines cuál de las dos soy

la romántica o lujuriosa

la coqueta o la tímida pudorosa.

Tal vez sea todas ellas

esperando el momento 

de ofrecerme ante ti.

Habítame entre tu cuerpo

yo dejaré el mio abierto

desgárrame para luego poder unirme 

y entre costuras 

hilváname con tus manos.

Báñame con tu saliva

sécame con tu brisa

cólmame con tu dulzura

hasta no poder más

y ahí dentro de tus entrañas

podamos los dos gozar

 quemándonos entre las flamas.

Campirela_










viernes, 6 de septiembre de 2024

Las manos del placer.


Aquel lugar era oscuro, mis pensamientos tenían deseos ocultos que me llevaron a entrar y desahogar mis tensiones del día.

Pague por adelantado, no quería ver ningún cuerpo, por muy sensual que fuera, solo deseaba unas manos delicadas y suaves que supieran hacer bien el trabajo.

La cabina era oscura, la música sensual, un saxo de fondo hizo que la tensión fuera disminuyendo, fue cuando pude oír su armoniosa voz. Con un toque que hacía que me precipitara al pecado, con su tono dulce, me fue diciendo que me bajara los pantalones, que dejara mi miembro libre de ataduras y lo depositara a su merced.

Así lo hice, cuando tuvo mi falo entre sus manos, mis únicas palabras fueron, arranca mi sexo y hazme olvidar.

Me masturbó de mil maneras, sus manos expertas eran las dueñas de mi vida, mi cuerpo se evadió, mi mente navegó por mil rincones placenteros, 

Llegué arriba, a las estrellas, vi la vía láctea, y cuando pensé que mi fin estaba a punto de estallar, fue cuando sentí su húmeda lengua, acariciarme, ya no pude más y derramé todo mi néctar sobre ella.

Después de recuperar la compostura, ella no dijo nada, no vi más sus manos y, menos aún, su cara. 

Salí tan aliviado, que al cruzarme con un mendigo le di dos billetes. Que sería, pero aquella masturbación me hizo sentirme el ser más agradecido y generoso del mundo.

Campirela_


viernes, 30 de agosto de 2024

Regreso

 Regreso...


Mi danza comienza  con el sentir de tus letras, ella evocan  la flama de mi cuerpo.

Mi mente deja libre cada feromona y ellas navegan buscando el lugar preciso donde ese deseo lujurioso  espera de ser saciado.

Mi cuerpo se transforma en agua

Esencia que emana de cada poro de mi piel.

Me conviertes en elixir 

De vida y deseo.

Vida, no me siento más viva que cuando por mi boca, pronunció tu nombre y entre gemidos apenas se oye.

Deseo, que ese instante quede ralentizado en el tiempo, más el placer debe ser efímero para que sea único.

Mi danza y mente siguen navegando, por ese río, de mi cuerpo satisfecho, gozoso e insaciable de todo lo que me das.

Ardiente, pasional, deseosa, encelada como una gata, haces que me sienta.

Mi deseo queda cubierto de ti, más no te alejes... Te volveré a necesitar.

Campirela _