Cuando entramos sonó un redoble de tambores. La que tocaba tenía pinta de mujer intensa.
Nos llamaron a los tres que teníamos el contrato de inmortales. Nos comunicaron que con la crisis que estaba cayendo solo uno continuaría viviendo para siempre. Antes de que empezáramos a protestar nos indicaron las pruebas que deberíamos pasar para que decidir el elegido.
1º Matar a un tigre con las manos. (A hostias pensé yo).
2º Hacer el amor con una mujer 20 veces seguidas. (Follar, pensé yo)
3º Tomarse 5 litros de orujo. (“Ta” claro, pensé yo)
El que pasara estas tres pruebas ganaría. Si no lo conseguimos ninguno las rebajarían y volveríamos a empezar.
Empieza Pierre, dijeron.
“Vale, empiezo por la mujer”. Se metió en el cuarto, 1, 2, 3, 4, 6, y salió gritando: “¡¡¡Ya no puedo más!!!”.
Te toca Olaf:
“A ver, voy a por el tigre”. Lo encierran en la jaula, y se oye:
grrr, grrr, grrr, grrr, grrrr, grrr. Al rato sale muy mal herido, gritando: “!!No puedo!!”.
Me miran y dicen, ahora tu Guille:
Estos gilipollas, comenzaron por lo más difícil. “A ver, ¿dónde está el orujo?”.
Me llevan a la bodega y me tomo los 5 litros de orujo y salgo un poco "perjudicado", vaya con un pedo descomunal.
“A ver, trrraedme al trigrito ese, ¡hip!, ¡hip!”. Me encierran y oyen:
grrr, grrr, grr, grrr, grrr.... y una hora después miiiiaaaaauuuuu!!!!, miiiiaaaaauuuuu!!!!, miiiiaaaaauuuuu!!!!.
Salgo poniéndome la camisa dentro del pantalón, y digo:
“Y ahora, ¿dónde coño está la mujer esa que hay que matar a ostias?”.
El de la foto de la pared se reía de algo.
Pd: La historia nos la contó un sonriente Guille y no hemos podido comprobar su veracidad en todos los términos.