Dulces para la banda

Dulces para la banda es el sexto episodio de la Tercera Temporada de Buffy, cazavampiros.

Sinopsis[]

El alcalde Wilkins necesita hacer una ofrenda a un demonio y el sr. Trick es el encargado. El director Snyder recluta al grupo para vender barritas de caramelo para recaudar fondos para la banda de música de Sunnydale.

Buffy visita a Ángel en la mansión, llevándole sangre de la carnicería. Al llegar a casa es sorprendida por su madre y Giles y terminan en el sofá comiendo unas barritas juntos. En el instituto, Xander y Willow juguetean con los pies bajo la mesa de una de las aulas. Giles no acude a supervisar una de las clases y Buffy va a su casa, encontrándole con su madre. Se comportan de forma extraña y Joyce le deja las llaves de su jeep.

Por la noche, en el Bronze, observan que hay muchos adultos actuando como adolescentes, incluyendo el director Snyder. Giles y Joyce beben, fuman y escuchan música. Cuando pasean por las calles de Sunnydale, Giles roba un abrigo tras romper un escaparate. Sorprendido por un policía, le golpea y le coge el arma, y ambos terminan besándose sobre el capó del coche del policía. El director Snyder se une al grupo, viendo cómo las calles y parques de Sunnydale están llenos de adultos que se comportan como adolescentes.

Algo ocurre con las barritas y Buffy decide ir a la fábrica. Allí encuentra a su madre besándose con Giles. El director Snyder está con ella y al entrar descubren que el alcalde y Ethan Rayne están detrás de todo. Pretendían distraer a los adultos para rendir tributo a un demonio, Lurconis, que se alimenta de bebés. Un grupo de vampiros roba a los niños del hospital. El demonio, que resulta ser una gran serpiente, está en las alcantarillas, donde encuentran a los bebés. Buffy acaba con la serpiente incinerándola.

No logran encontrar al alcalde y el sr. Trick escapa.

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