viernes, 25 de diciembre de 2009
Feliz Navidad
Felices Fiestas para todos, desearía poder meter la felicidad y la salud en una enorme caja de regalo y obsequiarla a todos, pero desgraciadamente no puedo; solo puedo desear que se encuentren bien y llenos de cosas buenas. Un fuerte abrazo y todo mi cariño.
domingo, 20 de diciembre de 2009
Sueño
Sueño que me encuentro entre tus brazos en una dulce somnolencia, en total mancedumbre después de haber sido tuya. Dominada por el sopor del delicioso cansancio de la pasión y el deseo entregados en un acto de ternura.
Más de repente, el frío de mi habitación me arrebata de mi somnio y te pierdo entre los jirones del ensueño donde consumamos nuestro amor.
Más de repente, el frío de mi habitación me arrebata de mi somnio y te pierdo entre los jirones del ensueño donde consumamos nuestro amor.
martes, 15 de diciembre de 2009
MMMM...
Definitivamente, tengo que aprender a pensar más antes de aceptar cuándo me ofrecen lo que deseo, puedo herir sentimientos por no saber tomar decisiones...
jueves, 10 de diciembre de 2009
El sueño de dos noches
Ayer soñé que venías hacia mí con la mano extendida y una sonrisa afilada revelando todas tus intenciones. Te veía acercarte, cruzar las sombras, y me iba sintiendo cada vez más atraído por el imán de tus ojos. Pero de pronto, un rayo de luz tocaba tu cara y me di cuenta de que los tenías cerrados. Me veías desde tu sueño. Me despertabas pero estabas dormida. Caminabas hacia mí como si miraras por las manos, por todos los poros de la piel. Y te seguías acercando. Me despertabas para que entrara en el sueño más profundo que tenías, el sueño de tu cuerpo. Que era como una noche nueva dentro de la noche. Tu oscuridad me devoraba. Eramos dos Sonámbulos amándose en tu sueño y en el mío.
Etiquetas:
Alberto Ruy Sánchez,
Mis poetas favoritos,
Mogador
domingo, 6 de diciembre de 2009
Iniciando nuevamente...
Por solicitud del público, continuaremos próximamente con La Caperucita Remix... dejen que me inspire, sin ideas x el momento...
Comencemos desde el principio (otra vez)...
Había una vez una chica a quien llamaban Caperucita Roja, vivía en un loft que se había comprado en la zona antigua de la ciudad...
Un día tuvo curiosidad por conocer los suburbios dónde vivía su abuelita y decidió hacer su equipaje para hacerle una visita...
Mientras se adentraba en el desconocido ambiente del bosque, sintió que alguien la observaba...Entre la penumbra del follaje, alcanzó a percibir una sombra delineada...
Se dio cuenta que alguien la seguía muy de cerca y deseó saber quién era...
Se encontró cara a cara con el Lobo Feroz y no le pareció desagradable, al contrario, le pareció muy atractivo...
Era justo lo que le había recetado el doctor, y con una pícara sonrisa le preguntó su nombre...
Feroz, Lobo Feroz. Y haciendo gala de su sonrisa lobuna, le robó el corazón de manera descarada... El Lobo aprovechó la época e invitó a cenar a Caperucita, quien, sin siquiera imaginarse lo que le esperaba, aceptó...
El Lobo, haciendo gala de su confiada caballerosidad, escoltó a Caperucita a su guarida, encontrándose con algo más que la cena...
Al entrar observó todo lo que le rodeaba, cerca de un suave sheslong se encontraba una botella de champagne y dos copas...
Y sospechando el siguiente paso del Lobo, volteó esperando el beso que añoraba...
Sin embargo el lobo tenía en algo totalmente diferente a un beso...
La tomo entre sus brazos, incrédulo sobre la situación que estaban viviendo, la había esperado durante mucho tiempo...
Cuidadosamente enmarcó su rostro con ambas manos, mirando sus ojos y deseando desnudar su alma, le acomodó un mechón de cabello...
Comenzó a acariciar con ternura la base de su cuello e inesperadamente depositó un fugaz beso en la línea de su mandíbula...
Ese fue el momento en que ambos dejaron fluir las sensaciones acorraladas durante tanto tiempo...
Mientras ella enredaba entre sus dedos algunos mechones de su cabello, él le desabrochó los dos primeros botones de la blusa...
Entonces, Caperucita, abrió los ojos y se descubrió entre las sábanas de su cama, acompañada por los jirones del sueño abandonado.
Comencemos desde el principio (otra vez)...
Había una vez una chica a quien llamaban Caperucita Roja, vivía en un loft que se había comprado en la zona antigua de la ciudad...
Un día tuvo curiosidad por conocer los suburbios dónde vivía su abuelita y decidió hacer su equipaje para hacerle una visita...
Mientras se adentraba en el desconocido ambiente del bosque, sintió que alguien la observaba...Entre la penumbra del follaje, alcanzó a percibir una sombra delineada...
Se dio cuenta que alguien la seguía muy de cerca y deseó saber quién era...
Se encontró cara a cara con el Lobo Feroz y no le pareció desagradable, al contrario, le pareció muy atractivo...
Era justo lo que le había recetado el doctor, y con una pícara sonrisa le preguntó su nombre...
Feroz, Lobo Feroz. Y haciendo gala de su sonrisa lobuna, le robó el corazón de manera descarada... El Lobo aprovechó la época e invitó a cenar a Caperucita, quien, sin siquiera imaginarse lo que le esperaba, aceptó...
El Lobo, haciendo gala de su confiada caballerosidad, escoltó a Caperucita a su guarida, encontrándose con algo más que la cena...
Al entrar observó todo lo que le rodeaba, cerca de un suave sheslong se encontraba una botella de champagne y dos copas...
Y sospechando el siguiente paso del Lobo, volteó esperando el beso que añoraba...
Sin embargo el lobo tenía en algo totalmente diferente a un beso...
La tomo entre sus brazos, incrédulo sobre la situación que estaban viviendo, la había esperado durante mucho tiempo...
Cuidadosamente enmarcó su rostro con ambas manos, mirando sus ojos y deseando desnudar su alma, le acomodó un mechón de cabello...
Comenzó a acariciar con ternura la base de su cuello e inesperadamente depositó un fugaz beso en la línea de su mandíbula...
Ese fue el momento en que ambos dejaron fluir las sensaciones acorraladas durante tanto tiempo...
Mientras ella enredaba entre sus dedos algunos mechones de su cabello, él le desabrochó los dos primeros botones de la blusa...
Entonces, Caperucita, abrió los ojos y se descubrió entre las sábanas de su cama, acompañada por los jirones del sueño abandonado.
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