Hacía ya tiempo que me apetecía leer algo de Tracy Chevalier y busca que te buscarás al final me decanté por el libro que os traigo hoy, aunque todos los que he visto me parece que tienen una gran pinta por lo que no será el último que me lea de la autora. Y es que este me ha dejado con muy buenas sensaciones.
Nicolas des Innocents es un pintor de talentoso, pero bastante impertinente y juerguista lo que ha hecho que no sea tan reconocido como podría. Cuando recibe un importantísimo encargo, para crear unos tapices, de una de las familias de la más alta sociedad de París deberá esforzarse para demostrar toda su valía y evitar meterse en muchos líos.
Esta es una novela muy entretenida, de las que empiezas a leer y devoras porque estás deseando saber qué ocurrirá, qué sorpresa te espera. Y es que tiene un montón de alicientes.
La trama se desarrolla entre París y Bruselas: el lugar en el que estarán los tapices y donde se tejen. Ese cambio de escenario nos lleva también a diferentes familias y clases sociales: los nobles parisinos rodeados de lujo y esplendor y los artesanos que se dejan los ojos en el telar para salir adelante.
Por otro lado cada capítulo está narrado por un personaje distinto y ese recurso que a veces puede entorpecer un poco, aquí le da mucho ritmo a la forma de narrar y diferentes puntos de vista que nos aportan cosas nuevas en cada capítulo: problemas, ambiciones, deseos... de cada personaje. Nunca decae.
Y es que los protagonistas y acompañantes están muy bien caracterizados. Por ejemplo Nicolas es un cara de mucho cuidado, pero que también sorprende y tiene una socarronería y unas salidas de tono que te hacen reír de verdad. Aliénor, en Bruselas, también logró conquistarme.
Me gustó la mezcla de calidez, fuerza y determinación que la autora consigue darle. Son también dignas de tener en cuenta las madres de las dos familias unidas por las tapices. Cada una de ellas, en su estilo, luchadoras y firmes en sus convicciones.
Sin embargo el personaje para mí más flojo es Claude quien de alguna manera es el punto de partida de la historia. Me parece demasiado convencional, tanto por cómo está caracterizada ella como por su trama, y le falta ese carisma que tiene Aliénor.
Esta es una lectura para dejarse llevar y disfrutar. Tracy Chevalier consigue trasladarte al siglo XV, acompañar a los personajes en sus aventuras y casi tocar esos maravillosos tapices que, por cierto, existen.
Aquí no se novela su creación real, pero es sin duda una buena alternativa para conocerlos un poco más y pasar un buen rato lector con esta historia tan bien contada.
Nicolas des Innocents es un pintor de talentoso, pero bastante impertinente y juerguista lo que ha hecho que no sea tan reconocido como podría. Cuando recibe un importantísimo encargo, para crear unos tapices, de una de las familias de la más alta sociedad de París deberá esforzarse para demostrar toda su valía y evitar meterse en muchos líos.
Esta es una novela muy entretenida, de las que empiezas a leer y devoras porque estás deseando saber qué ocurrirá, qué sorpresa te espera. Y es que tiene un montón de alicientes.
La trama se desarrolla entre París y Bruselas: el lugar en el que estarán los tapices y donde se tejen. Ese cambio de escenario nos lleva también a diferentes familias y clases sociales: los nobles parisinos rodeados de lujo y esplendor y los artesanos que se dejan los ojos en el telar para salir adelante.
Por otro lado cada capítulo está narrado por un personaje distinto y ese recurso que a veces puede entorpecer un poco, aquí le da mucho ritmo a la forma de narrar y diferentes puntos de vista que nos aportan cosas nuevas en cada capítulo: problemas, ambiciones, deseos... de cada personaje. Nunca decae.
Y es que los protagonistas y acompañantes están muy bien caracterizados. Por ejemplo Nicolas es un cara de mucho cuidado, pero que también sorprende y tiene una socarronería y unas salidas de tono que te hacen reír de verdad. Aliénor, en Bruselas, también logró conquistarme.
Me gustó la mezcla de calidez, fuerza y determinación que la autora consigue darle. Son también dignas de tener en cuenta las madres de las dos familias unidas por las tapices. Cada una de ellas, en su estilo, luchadoras y firmes en sus convicciones.
Sin embargo el personaje para mí más flojo es Claude quien de alguna manera es el punto de partida de la historia. Me parece demasiado convencional, tanto por cómo está caracterizada ella como por su trama, y le falta ese carisma que tiene Aliénor.
Esta es una lectura para dejarse llevar y disfrutar. Tracy Chevalier consigue trasladarte al siglo XV, acompañar a los personajes en sus aventuras y casi tocar esos maravillosos tapices que, por cierto, existen.
Aquí no se novela su creación real, pero es sin duda una buena alternativa para conocerlos un poco más y pasar un buen rato lector con esta historia tan bien contada.