Mira, Señor, te confieso una cosa, hoy sábado yo no quería venir a este rincón tuyo y mío, pero María me ha traído de la mano para que te cuente lo que me pasa.
Estoy un poco rebelde, quiero vivir en paz y soledad, que la tranquilidad reine en el mundo y también a mi alrededor, pero ya me voy dando cuenta, ya era hora por cierto, que eso no es posible.
Lo que yo quiero no tiene nada que ver con lo que Tú deseas, con tu Voluntad. ser cristiano no es vivir en un mundo pacífico, de rosas, beatífico. ser cristiano es ser hombre, hombre lleno de contradicciones, desde que nace emprende una lucha titánica entre el bien y el mal, abocado a ella desde que Adán y Eva no supieron emplear bien su libertad.
El cristiano ha de luchar, he de luchar, contra uno mismo. La tendencia, mi tendencia, es a la vida floja, facilona, pero la realidad es que tu seguimiento me lo impide. Tú no paras nunca, Tú sigues andando por los caminos de Jerusalén que ahora son los del mundo entero, si yo me paro te pierdo porque tu camino, Señor, es andar y aunque sea a trompicones, a tropiezos, he de seguir andando y peleando, una pelea de amor, aunque esté harta de todos y de todo.
"PONER AMOR DONDE NO HAY AMOR PARA SACAR AMOR"
Ya lo sé, ya lo entiendo, a pesar de mis malas entendederas, me lo estás diciendo bien claro, a lo mejor por eso no quería venir hoy, me temía algo así.
Amor en los cercanos, cómo cuesta a veces, en los lejanos, en los que están de acuerdo conmigo y en los contrarios, sobre todo en los contrarios.
Que sí, Señor, que sí lo entiendo... que la paz que yo quería, la soledad de Tú y yo solos, no es la paz que viniste a traer al mundo.
"LA PAZ QUE OS DOY NO OS LA DOY COMO EL MUNDO LA DA."
(Juan 14,27)
Entendido está, Dios mío, desde hace tiempo, pero sólo falta una cosa:
¡¡ AUMÉNTAME LA FE Y AYÚDAME MÁS !!