AMIGOS DEL ALMA

sábado, 29 de agosto de 2009


Señor, hoy quiero rezarte con las palabras de otra persona. Las hago mías porque expresan mis verdaderos sentimientos, escúchala, Señor, y escúchame a mi.


Señor:

he "crecido" demasiado.

Tengo demasiadas cosas.

Todo ya me resulta "demasiado".

Transfórmame, Señor,

hazme pequeña.

Entre las flores silvestres

transplántame a la pradera.

Escondida entre la hierba,

entre miles de flores como yo,

quiero dejar olvidados

todos mis "demasiados"

y vivir en rebeldia de amor,

solamente para Ti.



Karmel

lunes, 17 de agosto de 2009

LLEGARTE




Señor, quiero ir a ti,

quiero llegarte.


Gozar en pleno tu llenura,
acurrucarme en tus brazos
como la niña, en solo trazos,
busca a su Padre con premura.

Quedo varada en tu presencia,
bajos los ojos, ciegos ante ti,
todo se vuelve, todo carencia,
nada se mueve ya para mi.

Sola estoy si Tú te alejas,
me sé y siento perecer.
a barro volví, rotas las piezas,
vasija fría y sin hacer.

Vasija que fue por alfarero
en obra de arte amasada,
por la vida desperdigada,
retorna a tu horno, a tu alero.

Vuelve, Señor a tus manos,
en barro de nuevo transformada,
sin pedir nada, sin amagos
a cocerse en tu horno y ser amada.

jueves, 6 de agosto de 2009

VOLVER A AMAR

Señor, la lluvia ya no me basta,
quiero volver a mi casa,
la que tuve siempre,
en la que Tú estabas.
Arráncame de donde no soy,
arráncame de aquí,
quiero estar contigo, quiero verte,
tocarte, besarte donde te he herido,
quiero abrir los ojos y mirarte
siempre conmigo.
Mirarte sin temblar, sin este miedo
sin temores, sin pensar,
sin hablar ni razonar,
mirar, Señor, y en mirar
volverte a amar.

sábado, 1 de agosto de 2009

MANDA QUE LLUEVA, SEÑOR


Señor, va a llover, sé que va a llover y esta vez no pienso abrir el paragüas, quiero empaparme toda, quiero que el agua de fuera me cale por dentro, me empape que no quede ni un rincón ni una arista seca. Todo mojado, todo hómedo como mis ojos, como mi alma en vilo y desengañada de todo, como esas ilusiones que se deshicieron en el agua. Todo agua, todo lluvia... pero ven, ven ya a buscarme, aunque mis cuentas no estén aún saldadas. Háblame de mis deudas, dime cuánto te debo ¿cuánto tiempo más he de permanecer bajo la lluvia para pagar la factura de mi vida?.
¡Manda que llueva, Señor!