AMIGOS DEL ALMA

martes, 21 de julio de 2009

UNA RÁFAGA


¿Ves, Señor? esta madrugada no vengo a pedirte nada. y no es porque no lo necesite que Tú sabes cuales son mis necesidades, es, Dios mío, porque de repente, este soplo de aire que se ha colado por mi ventana, alejando el calor que tuvimos en el día, ha llenado mi alma de paz. ¿Sabes? siempre he pensado que con el aire o el viento, Tú venías o me traías algo de ti. Hoy lo creo con más fuerza, han ocurrido cosas últimamente que me inquietaron y angustiaron mucho, rezaba, pedía y lloraba... , pero la angustia no desaparecía. Hace unas horas mendigaba oraciones, todas las iba acumulando, agradeciendo y acumulando, cuando me senté junto a la ventana abierta y más me sofocaba el calor, de esa manera que ya ni lo sientes, apareció de improviso tu ráfaga liberadora de sudor externo y de ese otro interno que, a veces, se transforma al mismo tiempo en externo.

Vino el aire y todo aquello, fruto del cariño de los amigos, que yo guardaba entre mis manos para contemplarlo, para mimarme con ello, todas esas oraciones y muestras de cariño que me enviaron hechas palabra, se me escaparon hacia el cielo de la noche, yo lo vi, vi como una a una subían hacia las estrellas y segun ascendían, en mi alma penetraba poco a poco la paz que, sin buscarla, me llegó por tu viento suave de noche de Julio. ¿Presagio? ¿Aceptación?: Paz, sólo la paz de saber que hoy, aunque yo no me he caído, Tú, Amor del alma mía, me has tomado entre tus brazos.

viernes, 3 de julio de 2009

PAPÁ...PUPA


Padre mío, sé que no vale, no vale... Dios mío, que me refugie en tí cuando me he hecho daño, cuando mi alma sangra por la herida de los que no saben entenderme, cuando voy por el mundo creyendo en palabras de personas que no conozco. No vale, Padre, poner el corazón en aves de paso.


No sé explicarlo, Dios mío, pero es algo así como les pasa a los niños que juegan con todo y con todos, no les puedes arrancar de sus juegos hasta que se hacen daño, caen del tobogan o del columpio y entonces sí, entonces se acuerdan de sus padres, acuden corriendo a su regazo para que enjuguen sus lágrimas o les ponga Betadine en sus heridas. ¡Padre mío! así estoy yo a tu lado, se acabó mi juego de amistad porque lo puse donde no debía. Dí mi cariño, lo dí auténtico pensando que hacía bien y resultó que lo despreciaron, lo maltrataron, lo expusieron al hazmereir de las gentes y después lo tiraron a la basura.

Padre, me equivoqué y ahora vuelvo a Tí para que me cuides, me arranques esta costra que todavía duele a ratos, que todavía sangra y ya debía estar cerrada. Enséñame, Padre mío, a tener más vigilado el corazón. Siempre hay un riesgo en el querer, pero Tú nos digiste que amáramos sin medida como amaste Tú en la tierra, aunque también te hicimos y te hacemos daño. Nos estás pidiendo que nos demos a los demás en un anhelo constante de hacer el bien y ¿si este bien se transforma en mal, a pesar de las buenas intenciones? Ahí, Padre de todos, entra tu voluntad. Haz lo que quieras con este corazón herido, con el corazón de los demás. Yo hice lo que creí debía hacer, júzgame Tú, Señor. Los resultados no me importan, el desprecio me duele porque soy humana, pero te lo ofrezco para que repercuta de alguna manera en un bien.

Pero Padre, abrázame fuerte que el tobogan era demasiado alto...