Recuerdo
aquellas tardes en Palermo.
Eran tardes de sol
con olor a glicinas.
Recuerdo
aquel sendero solitario.
-los árboles burlando
la luz reverberante
del ocaso naranja-
Recuerdo
tu tímida ternura.
El examen del día siguiente
y las pequeñas discusiones
sobre la teoría de Lombroso
que a mi me apasionaba.
La pena del regreso:
Espérame mañana...
Recuerdo
aquellas tardes de Palermo
Y aún
yo no sabía que te amaba.