A propuesta de Charo y materializando un ciclo que no se interrumpe, los jueveros nos reunimos, también este jueves 1º de año, para compartir nuestras letras, nuestros sueños y nuestra amistad que crece cada día. Dejo entonces dos breves textos como aporte a la convocatoria, augurándoles a todos un muy feliz año, deseando que durante este 2015 sigamos estando tan cerca como nos venimos sintiendo hasta ahora a través de nuestros blogs.
Texto 1
Aunque no se animó nunca a
reconocerlo, ella tenía un oscuro e íntimo secreto aguardando, solapado,
hacerse realidad alguna vez. No se animaba a confesarlo, porque la sola posibilidad
de que así fuera, implicaba, por sí mismo, un terrible pecado que sería
severísimamente castigado si alguien lo adivinaba. Algo tan impuro, tan malévolo,
tan inconcebible que muchas veces la avergonzaba por sólo permitirse
imaginárselo.
Pero pese a saberlo imposible en
ese mundo suyo, tan plagado de censuras y prohibiciones, algunas veces se permitía
desplegar para sus adentros las alas del deseo y con el descaro del que sin
duda nacen las grandes perversiones, en la quietud de su recámara de virgen
pudorosa y recatada, se dejaba llevar por el libertinaje de su imaginación y desde
allí, se fundía con el agua espumosa de un mar rumoroso y paradisíaco, coronado
por un sol celestial que le doraba su piel perfecta y desnuda, cubierta apenas
por un breve bikini amarillo que acentuaba la curvatura de sus formas,
turgentes y jóvenes.
Por ser su naturaleza de mujer algo tan peligroso y tentador que indiscutiblemente debía ser ocultado de la
vista de los hombres, jamás en su sano juicio una joven virtuosa podría
aventurarse a llevar adelante algo así, tan impúdico, tan provocativo… pero la
incontenible rebeldía de su juventud aún no castrada intentaba ponerse a prueba
una y otra vez, haciéndola desear, casi con enjundia, la felicidad que – imaginaba-
debería implicar sentirse tan libre y
sensual, sin restricciones, a cielo abierto.
Texto 2
Estallan gráciles, quebrando la
oscuridad cerrada de la noche… de esta última noche de un año que se despide.
Se
hacen luz por breves instantes, se exteriorizan, se despliegan, se mezclan con
el aire noctámbulo que busca trascender.
Se lanzan al cielo intentando alcanzar
nuevas alturas, arrimándose a las estrellas para confundirse con ellas en su
titilar.
Son nuestros deseos. Los viejos,
los de antes, los no cumplidos. También los nuevos, los futuros, los que no se
cansan de intentar renacer.
Así, como en eterno compromiso
que se renueva en cada culminación, nuestras más íntimas esperanzas se hacen una con
ellos y comenzamos, insistentes, otra vez a contar…
Nuevo año, nuevas promesas,
nuevas expectativas. Todo un universo por descubrir… ¡que no sean oscuros
nuestros deseos! ¡que sean siempre luminosos! ¡que se lancen al cielo entre
chispeantes ráfagas de colores, dándole un renovado sentido a la maravillosa aventura
de vivir!
(dedicado a tod@s los amig@s bloguer@s)
(dedicado a tod@s los amig@s bloguer@s)