Alguna vez te has imaginado tu propio funeral? es duro, pero es una constante en las cabezas de mucha gente, quizá porque la idea de la propia muerte nunca se nos escapa del todo y bueno, el entierro es parte de esa idea no? Quién vendría, quién nos lloraría, quién nos reiría, y más que eso, quién nos recordaría? Parece un ejercicio puramente egocéntrico, de mirarse al ombligo, pero es más que humano me parece a mí y además qué carajo, todos queremos dejar algún tipo de huella, con o sin trascendencia de por medio.
Ayer acudí a un funeral multitudinario y la propia vitalidad del fallecido, por raro que parezca, me hizo salir de allí con una sonrisa. Alvaro, dijeron, seguro que ya está dando clases de vuelo a los ángeles más atrevidos.
Pero además otra cosa me hizo sonreír. La hermana del fallecido me abrazó y me dijo 'Manuela tú nos has ayudado mucho'. Y se refería a mi trabajo, a mi hacer y a mi no hacer, a mis llamadas y a mis intermediaciones en algunos de sus asuntos profesionales. Y que en un momento así se acordara de eso, me hizo sentir que ella me estaba reconfortando a mí, y no al revés como suele suceder. Y es que dejar huella de tu paso constante y sonante, es una necesidad vital. Descanse en paz.