Este simple banquito, tiene una historia. Era de mi abuelo. Lo tenía en su cocina junto con una mesita de fórmica, también, común y corriente. Pero es ahí donde se sentaba por la mañana a desayunar o leer el diario. A tomar mate. No sé qué tiene, pero me trae muchos recuerdos de mi queridísimo abuelo Oscar que se fue ya hace dos años con el de arriba a sus 98 años de edad. Será justamente por su simpleza, fortaleza, firmeza y siempre dispuesto a ayudar, que se asimila a él. Siempre está ahí. Pasa desapercibido, pero está. Y por eso, en homenaje a él que hoy 4 de agosto cumpliría 100 años, le quise dar una mayor importancia para que llame la atención de todo el que entra, y cuando pregunten: ¿y ese banquito? Qué lindo!, yo les pueda responder: Es un regalo que me dejó mi abuelo... (y lo tengo en la cocina, justo donde debe estar y estuvo siempre: junto a la mesita de fórmica blanca). Otra demostración del valor de las pequeñas cosas y de las simplezas de la vida.

... Y por fin aprendi a usar Picasa 3 y estoy experimentando...

En estos días de descanso y lluvia, me dediqué a renovar este marco viejo, pero muy lindo. Era de un verde oscuro muuuy aburrido, y le di este nuevo aire fresco para que se luzca como uno más quiera. El pajarito lo compré un día en el Puerto de Frutos de Tigre porque me encantó. No sabía bien cuándo lo iba a usar, y ahora llegó el momento. Estos marcos son ideales para poner en una pared de color, se reluce un montón ! También me di cuenta que queda lindísimo con una tela de colores animados por detrás. Estoy por hacer varios de este tipo que ya se los iré mostrando.

Espero que les guste y buen fin de semana largo a todas las Argentinas !

Guada