Siempre detesté los "tiempos". De espera. De desesperación. Porque generalmente usan un reloj que no va al ritmo del mío. No quiero pedir perdón esta vez. Creo que la vida me lo debería pedir a mí alguna vez, al menos. Unos hablan de "virus", otros de enfermedades espantosas. Mi alma, mientras, se quiebra y no me siento más que en ruinas, y sin aliento para continuar. Aunque seguramente, continuaré, como tantas otras veces, pero las fuerzas me juegan malas pasadas. No pido ni que me esperen, ni siquiera que comprendan o que comenten. Seguramente, en sus vidas, también hay tristezas, sólo que soy muy débil, y no las puedo ocultar. No quiero convertir ésto en el muro de los lamentos, y aún siendo conciente, lo hago. Quizá porque sea el único espacio donde no debo usar caretas...No digo que la pausa sea para tomarme un respiro, porque dudo que pueda tomar nuevos aires: me esperan días difíciles. Es un cachetazo fuerte de la vida. Quizá el más profundo, el más triste, no lo sé. Y tengo solamente mucha bronca, mucho dolor, impotencia y confusión.
Quisiera ser como Delirium, en este momento, que puede decir todo, sin filtro casi. Pero ni de éso soy capaz. O como la India, que toma la decisión de cerrar, y punto. O como Luz, que explica en dos líneas lo que la mueve a retirarse por un tiempo, teniendo claro para qué lo hace.
Si mis manos me acercan a sus casas, iré, y dejaré o no, las palabras que pueda.
Good bye.