martes, 24 de noviembre de 2009

No todos podemos escribir el Quijote...

Nuestra vida se rige por una cierta dosis de vanidad, la misma que le permite a un joven sentirse superior a un viejo, sin entender que la única diferencia entre los dos es el tiempo.
Es la tonta soberbia de los que creen que "están en onda" porque escuchan determinada música o utilizan ciertos términos que están de moda, como si lo nuevo fuera mejor simplemente por ser nuevo. Como si lo nuevo de hoy fuera a ser nuevo siempre.
Lo mismo aplica de modo contrario, y así tenemos a un montón de "viejos" que siente que todo lo pasado fue mejor, que todo lo nuevo es malo simplemente por ser nuevo, que todo lo joven es inferior, simplemente por ser joven.
Es la incomprensión de los que ven al mundo desde su baldosa, sin preguntarse cómo se vería poniéndose en el lugar del otro.
Es increíble la cantidad de gente que vive tomando partido en cuestiones que carecen totalmente de sentido.

lunes, 23 de noviembre de 2009

A la larga, a todos se nos quema el pan...

En general no me gusta la poesía, y en particular me molesta cierta tendencia de Vallejo al neologismo, sin embargo, escribió un poema -que da nombre a un libro- que me impactó en una época y que cada tanto recuerdo. Este poema tiene un par de metáforas que, por sí solas, justifican a Vallejo.

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

viernes, 20 de noviembre de 2009

El ratón Perez y el alcohol

A mi hija se le cayó el segundo diente.

Verla crecer me genera una mezcla de sorpresa, alegría y dolor; éste último, supongo, anticipando que la distancia entre nosotros irá creciendo.

Antes que naciera, yo mismo le hice la cuna. Me llevó semanas, trabajando por las noches, y me salió más cara que si la hubiese comprado dos veces. Más tarde le hice su sillita de comer, y un par de veces tuve que volver a pegarla porque se aflojaba.

Alguien dijo que uno sigue siendo hijo hasta que es padre...

Que se yo! Hay una clase de afecto que no necesita de nada, ni perfección, ni reconocimiento, ni aceptación, ni presencia. Esa clase de cariño yo lo estoy descubriendo con mi hija.

En la última mirada de mi viejo, que me quedó grabada para siempre y dijo más que un millón de palabras, reconozco el amor y el orgullo que siento cuando miro a mi hija.

Too much!
Hoy a la noche me emborracho.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Las matemáticas al auxilio de la soledad

Pelando calculadora....

. Si vivis en la ciudad de Buenos Aires, digamos que tenes unos 15 millones de vecinos.

. La mitad (aprox.) serán del sexo contrario al tuyo (7.5 millones) (si te gustan del mismo sexo no hay problema, la cuenta da igual)

. Un 20% estará en un rango de edad parecido al tuyo (1.5 millones)

. Un 10% estará libre (150 mil)

. Un 10% podría gustarte y que le gustes (15 mil)


15 mil personas...

375 micros llenos de posibilidades...

Una cola de 75 cuadras de oportunidades...

Aproximadamente mil toneladas de esperanza...

3.750 ascensores llenos de chances...


Si estás solo/sola, no te quedes en casa. Pensá que también hay otras 15.000 personas buscando lo mismo que vos....



martes, 17 de noviembre de 2009

Haz lo que digo

Hay algo que me molesta desde hace tiempo, y lo podría resumir así: vas a contratar a un contador, porque necesitas a alguien que te asesore con los impuestos, inversiones, etc.. Ahora, un especialista en números, plata, impuestos, etc. ¿no debería tener más plata que uno?

Hace años, mi papá iba a un médico que fumaba mientras lo revisaba, y cuando mi mamá se quejaba con el doctor de que mi papá no quería dejar de fumar el médico le guiñaba el ojo a mi viejo y le decía que estaba bárbaro de los pulmones.

La gente que se dedica a enseñar, a asesorar, a curar, a gobernar, a predicar o a dirigir cualquier cosa debería tener una vida que los respalde.

La gente está acostumbrada a ver curas coléricos o abusadores, contadores que viajan en colectivo, docentes que no se saben expresar correctamente, abogados más enjuiciados que la gente que defienden, médicos obesos, predicadores multimillonarios, etc.

Es tanta la necesidad de certeza que muchas veces elegimos no ver lo obvio, pero ¿hay algo más grotesco que escuchar a una persona que va por el cuarto matrimonio dando consejos sobre la vida conyugal?


lunes, 16 de noviembre de 2009

Cuasimodo con pollera

Hoy vi por la calle una mujer terrible. No lo digo despectivamente ni quiero ahondar en su fealdad: era una persona castigada por la naturaleza, con un cuerpo muy feo, gordo y mal proporcionado. Tenia un andar casi lastimoso y una expresión vencida y desesperanzada.

Cuando la ví me dió vergüenza que notara que la observaba y me hizo sentir mal (se ve que hoy estoy pelotudamente vulnerable).

En la mente se me disparó instantáneamente un sólo pensamiento: una persona así tiene negadas muchísimas cosas: el amor, el hermoso placer del sexo, el tonto placer de la vanidad, el respeto de los otros y hasta la autoestima.
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Quién debe vivir en ese cuerpo, sólo puede hacerlo de dos formas: odiando al universo, o aceptando una vida que es y será distinta a la del resto. Explico: si uno acepta que determinadas cosas le resultan inaccesibles, aún puede ser feliz y disfrutar de una existencia limitada, pero plena dentro de esos límites.
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Sé que nunca voy a tener un yate, y sin embargo eso no me hace infelíz. Sé que nunca voy a tener a Mónica Belucci, y aún así sé que puedo ser feliz. Si llevamos estos razonamientos al extremo, llegaríamos a entender por qué alguna gente sufre con tanto y otros son felices con tan poco.
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Es difícil entender donde termina esta sabia aceptación y donde empieza el conformismo, pero en situaciones extremas como esta tal vez se vea mejor.
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En esta sociedad estúpida en la que todos se creen estrellas de Hollywood y se pelean por el cartel, nadie acepta ser un actor de reparto. Todos "van por todo" y nadie es felíz con nada. Yo le ví la cara a esa mujer, y entendí que no era felíz. Tal vez ella también vió mi cara y entendió que yo tampoco era feliz.

viernes, 13 de noviembre de 2009

No es un contrasentido que Buda sea gordo?

En algún lugar habrá un reloj de arena, en el cual los granos van pasando lentamente de una esfera a la otra. Los granos de ese reloj serán numerosos, pero no infinitos.
Ese reloj marcará la duración de algún suceso que se desarrollará en forma inexorable. Cuando el último grano de arena caiga, algo pasará, o algo dejará de pasar. Tal vez la mano que debería girarlo para recomenzar el ciclo ya es polvo, tal vez aún no ha sido creada.
Con cada grano que cae, se acercará el fin, o tal vez el comienzo.
Mientras tanto, como todas las tardes, empezamos a encolumnarnos como hormiguitas hacia el hormiguero.

Llueve, llueve, llueve

Hay un cierto valor que sólo encontré en los hombres más viriles y en los más putos, una mirada frontal y profunda que sólo tienen algunos chiquitos y algunos ancianos, cierta indiferencia que sólo tienen las mujeres más hermosas y las más feas, una sabiduría que sólo tienen algunos que lo tienen todo y algunos que no tienen nada, una voluntad exacerbada que sólo tienen los más belicistas y los más pacifistas.
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Pero tetas como las de mi segunda novia (allá por los 16 años), no vi en ningún lado....

jueves, 12 de noviembre de 2009

Breve tratado de sociología

El mundo está lleno de garcas y de vengadores.
A los garcas no les importa nadie más que ellos y nos ven a todos como medios para conseguir lo que quieren. No los soporto.
Los vengadores están agazapados esperando a que alguien los garque para mostrarle al mundo lo jodidos y terribles que son. Muchas veces te terminan odiando por pelotudeces que ni registraste. No los soporto.
También está la gente que tiene su propia vida y no te ve como una víctima ni como un asesino serial en potencia. Con esa gente uno puede relacionarse desde otro lugar menos enfermo.
A estos últimos tampoco los soporto, porque yo no soporto a nadie.

martes, 10 de noviembre de 2009

Reflexión pelotuda

Una pelotudez, vista en un monitor LCD de 22 pulgadas, con máxima resolución, parece menos pelotuda.

Filosofame esta...

No hay golpe más duro para el ego que reconocer que uno no tiene nada de especial. Y creanme, en un mundo de seis mil millones de habitantes; uno no tiene nada de especial.
Ahora bien, superado el golpe, debe ser muy relajante saber que uno no tiene por qué serlo.
Digo.

viernes, 6 de noviembre de 2009

La vida es una enfermedad que no tiene cura

Suena una música suave. No queda claro si está dentro o fuera de mi cabeza. Acabo de experimentar, una vez más, el lado salvaje de la vida. Sé que pronto deberé lamer mis heridas y esperar hasta sentirme fortalecido.
Las cosas no suelen ser como uno quisiera. Transmitirle nuestra lógica a otra persona es como querer enseñarle física cuántica a un campesino japonés del siglo V.
Los miedos, siempre los miedos. Y la compulsión.
Si alguien sabe cómo son las cosas, ese no soy yo. Si alguien sabe cómo deberían ser las cosas, ese tampoco soy yo.
La música sigue. Afuera hay sol, o está nublado, o llueve.
Qué importa?

Verdades robadas

El vicedios siempre es ateo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Querido Papá Noel

En la próxima vida quiero ser:

. Despreocupado
. Extrovertido
. Irresponsable
. Inconstante
. Afectuoso
. Espontáneo
. Irreflexivo

Lo acabo de decidir: como a esta altura ya hay tantas cosas que no puedo cambiar, me voy a concentrar en lo que quiero para la próxima (Buda mediante).

martes, 3 de noviembre de 2009

Cansancio

Estoy cansado. Cansado de laburar, de no tener tiempo para mi, de la gente, de mi. Estoy cansado de no dormir, de no poder planificar nunca nada, de tener tantos problemas, de no parar de pensar, de la gente que no para de hablar. Estoy cansado de mi hija, que es divina pero carga nafta de avión y no para un minuto. Estoy cansado de la voracidad y la autoindulgencia de la gente, de que en la tele den siempre las mismas películas. Estoy cansado de bañarme todos los días, de comer, de manejar todos los días a los mismos lugares, de los conductores pelotudos que parecen una plaga.
En fin: estoy cansado.