El formar imágenes surge de la falta de atención, pero cuando hay atención no se forma ningún concepto. Si lo hace, verá lo sencillo que es descubrirlo. Cuando al mirar un árbol, una flor, o una nube, presta completa atención, entonces no hay ninguna proyección de sus conocimientos botánicos, de si le gusta o no, simplemente observa, lo cual no significa que se identifica con el árbol, que uno se convierta en el árbol.
Cuando uno mira a su esposa, a su esposo, o a quien sea, y lo hace a través de una imagen, no ve realmente a la persona, sino que la ve a través de la imagen y, por tanto, no hay una verdadera relación, aunque uno puede decir: «Te amo», pero eso no tiene ningún sentido. Si mira a su esposa o amigo sin ninguna imagen, entonces la relación es por completo diferente, porque el pensamiento no interviene y hay una posibilidad de amor.