En este universo soy EsperanzapiaHimuraRock
Solamente escribir para vivir un minuto mas...
lunes, 22 de marzo de 2021
martes, 14 de abril de 2020
sábado, 19 de enero de 2019
Corín Tellado
Breve análisis porque sí. Faaa, ni que fuera literata che.
-¿Quién no ha leído a Corín Tellado?- No niego que casi me trauman sus
novelas rosas (que así y todo “devoraba” de chiquita) Las protagonistas
siempre eran
descriptas como hermosas y suertudas, sus pechos siempre eran turgentes y bien formados, las caderas muy suaves-¿suaves?-¿y la celulitis?-¿qué onda?- su descripción física recuerda a esas muñecas flacas que usan las nenas o tal vez a los maniquíes de las vidrieras del centro.
A ellas les costaba llegar a un nivel económico que les permitiera cierta tranquilidad en el diario vivir al principio de la historia. Pero en el medio ¡ZAS! Conocían a un fulano quien era descripto como un clon de Rodolfo Valentino o para ser más “moderna” el de Brad Pitt.
El tipo siempre siempre siempre, tenía una posición de vida excelente y holgada -¡qué casualidad!-
Una vez que se conocían, pasaban determinadas barreras del argumento y chau. Felices y comieron perdices, así de sencillo. Todo bien con Corín, de verdad. Pero me gustan las novelas más apegadas a la realidad de las personas.
Por ejemplo: que las protagonistas tengan sobrepeso o unos kilos de más, que sus pechos de 105, les cuelguen un toque, que la cintura sea una cintura normal, y si se perdió en el camino, paciencia, no es crimen perder la cintura. Que las caderas sean suaves, sí, pero si la protagonista tiene suerte de poder “garparse” unas sesiones de Spa donde a fuerza de masajes y “encremadas” se logra cierta suavidad que sin embargo, la celulitis queda firmemente en su intención de joder, esa no se “pianta” aunque le paguen un sueldo.
Respecto a los labios que en las chicas de Corín son perfectos…le tengo noticias a la autora, los labios se caen al igual que los pechos, así que estimo que las blondas protagonistas, si fueran reales se las verá con algún rictus, debido a aquel galán, fauno de los olimpos, quien perdió su fortuna en un timo, se le instaló en el cotorro y del cuerpo privilegiado y dorado de aquel, se perdió el domicilio donde solía estar.
Gracias Corín por ayudarme a no creer en todo lo que leía y leo, porque al fin y al cabo lo que lograste al final, fue, además de entretenerme en esas tardes interminables de vacaciones de invierno, fue darme una herramienta preciosa –LA IMAGINACIÓN- para crear mis propios personajes de novelitas rosas.
descriptas como hermosas y suertudas, sus pechos siempre eran turgentes y bien formados, las caderas muy suaves-¿suaves?-¿y la celulitis?-¿qué onda?- su descripción física recuerda a esas muñecas flacas que usan las nenas o tal vez a los maniquíes de las vidrieras del centro.
A ellas les costaba llegar a un nivel económico que les permitiera cierta tranquilidad en el diario vivir al principio de la historia. Pero en el medio ¡ZAS! Conocían a un fulano quien era descripto como un clon de Rodolfo Valentino o para ser más “moderna” el de Brad Pitt.
El tipo siempre siempre siempre, tenía una posición de vida excelente y holgada -¡qué casualidad!-
Una vez que se conocían, pasaban determinadas barreras del argumento y chau. Felices y comieron perdices, así de sencillo. Todo bien con Corín, de verdad. Pero me gustan las novelas más apegadas a la realidad de las personas.
Por ejemplo: que las protagonistas tengan sobrepeso o unos kilos de más, que sus pechos de 105, les cuelguen un toque, que la cintura sea una cintura normal, y si se perdió en el camino, paciencia, no es crimen perder la cintura. Que las caderas sean suaves, sí, pero si la protagonista tiene suerte de poder “garparse” unas sesiones de Spa donde a fuerza de masajes y “encremadas” se logra cierta suavidad que sin embargo, la celulitis queda firmemente en su intención de joder, esa no se “pianta” aunque le paguen un sueldo.
Respecto a los labios que en las chicas de Corín son perfectos…le tengo noticias a la autora, los labios se caen al igual que los pechos, así que estimo que las blondas protagonistas, si fueran reales se las verá con algún rictus, debido a aquel galán, fauno de los olimpos, quien perdió su fortuna en un timo, se le instaló en el cotorro y del cuerpo privilegiado y dorado de aquel, se perdió el domicilio donde solía estar.
Gracias Corín por ayudarme a no creer en todo lo que leía y leo, porque al fin y al cabo lo que lograste al final, fue, además de entretenerme en esas tardes interminables de vacaciones de invierno, fue darme una herramienta preciosa –LA IMAGINACIÓN- para crear mis propios personajes de novelitas rosas.
EsperanzapiaHimura
miércoles, 13 de enero de 2016
Niño, soy y sigo siéndolo.
Mis ojos de niño olvidado
sangran luces vencidas entre las lágrimas.
Se duermen lentamente,
despojados de ambiciones de adultos,
se quiebran en ilusiones y desatan tempestades
de risas,
al ver cómo un pájaro caza a una orquídea.
Mi niño, el que abandoné hace años y años
me dejó de herencia una infancia dentro del pecho,
cajón más errante que certero,
en sus latidos y sollozos de viejo.
La boca de mi niño canta y se abraza a una voz adulta,
una voz que desdeña a cada minuto
embarcado en la incesante tarea de la búsqueda del alma,
alma que el fuego de la adultez incineró.
Mas como ese pájaro que revive entre las cenizas,
mi niño, el que creía muerto,
nació con más fuerza dentro de mi cabeza,
y me ordena,
y me implora
y me ruega,
que siga siendo éste adulto, este fantoche-quizá- para el mundo,
que insiste en ser uno,
uno con aquel niño que me guía el timón de la conciencia.
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