Peleo

rey mítico de los mirmidones

En la mitología griega, Peleo (en griego antiguo, Πηλεύς, Pēleús; o Πηλέας, Pēléas) era hijo de Éaco y de Endeide, reyes de los mirmidones de la isla de Egina,[1]​ y nieto de Zeus y Egina (por el padre), y de Escirón y Cariclo (por la madre).

Cara A de un pélice de figuras rojas: Peleo lucha con Tetis, que se transforma en serpiente.

Fue un héroe, esposo de la nereida Tetis, que llegó a reinar en Ftía.[2]​ Peleo y su hermano Telamón eran amigos de Heracles, y sirvieron en la expedición de Heracles contra las Amazonas, en su guerra contra el rey Laomedonte, y en la expedición del vellocino de oro junto a Jasón y los argonautas.

Fue el padre de Aquiles, por lo que este es llamado también «(el) Pelida» varias veces en la Ilíada. Algunas fuentes afirman que Patroclo, el mayor amigo de Aquiles, era su nieto, al ser hijo de Menecio y de Polimela, hija de Peleo.[3]​ Otras fuentes también afirman que Menestio, uno de los principales jefes mirmidones, también pudiera ser nieto suyo, pues Homero dice que Polidora, hija de Peleo, engendró a Menestio con el dios-río Esperqueo.[4]

Asesinato y destierro

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Peleo y su hermano Telamón asesinaron por envidia a su hermanastro Foco, pues este destacaba en las competiciones. Cuando el crimen fue descubierto, Éaco desterró de Egina a ambos: Telamón fue a Salamina y Peleo a Ftía.[5][6]

Peleo en Ftía

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En Ftía fue recibido por el rey Euritión, quien le dio a su hija Antígona por esposa, y con ella fue padre de Polidora. Luego, Peleo y Euritión participaron en la cacería del jabalí de Calidón, pero allí el primero dio muerte involuntariamente al segundo.[7]

En Yolco

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De nuevo tuvo que partir al exilio y viajó a Yolco, donde reinaba Acasto. Allí la mujer de este, Astidamía, se enamoró de él. Peleo no quiso involucrarse y la rechazó. Ante lo cual, presa del despecho, la reina le acusó ante su marido de intentar seducirla. El rey, con intención de vengarse, invitó a Peleo a una cacería en sus territorios de la frontera norte del reino. En el transcurso de la cual, los hombres del rey le apresaron, le robaron su espada, valioso regalo de su padre, le ataron y abandonaron a su suerte, sin caballo y sin comida, en un territorio en el que vivían los centauros. El primero de estos seres con el que se encontró fue Quirón, de quien pronto se hizo amigo y quien le ayudó a regresar a su hogar. La amistad con Quirón se convirtió en una amistad de por vida, y Peleo, conociendo la sabiduría de Quirón, más adelante le confiaría la educación de su hijo Aquiles.

Una vez de regreso y a salvo en su hogar del palacio de Egina, relató todo lo sucedido a su padre. Este, furioso, le concedió el mando de su ejército. De ese modo regresó a Yolco, mató al rey y a la reina por su infamia y se adueñó definitivamente del país, el cual se convertiría en la nueva patria de los mirmidones que le acompañaron.

Viaje de los argonautas

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En su ejército no solo militaban mirmidones sino muchos otros héroes griegos, y fue así como conoció a Jasón y a los Dioscuros. Cosa que le llevó a seguirles como parte de la tripulación de la nave Argo, conocida como los argonautas, en su temerario viaje a la Cólquida en busca del vellocino de oro.

A su regreso de Cólquida, Peleo se quedó en Ftía, donde, a la muerte de su padre, fue coronado rey de los mirmidones, trasladando de Egina a Ftía la capital de su reino.

Boda de Peleo y Tetis

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Cuando Peleo se enamoró de la nereida Tetis pidió consejo a Quirón para encontrar la forma de seducirla, ya que ella, como todas las nereidas, poseía el poder de cambiar de forma a su antojo. Quirón le recomendó que una vez que la atrapara no la soltase, sin importar en qué se transformase. Así lo hizo, y cuando esta se transformó en calamar, la atrapó por un brazo y no la soltó hasta que regresó a su forma de mujer, momento en el que Peleo pudo tomarla a la fuerza.

La boda de Peleo y Tetis se celebró en la cueva de Quirón, en el monte Pelión. Casi toda la nobleza griega e incluso los mismos dioses asistieron. Durante la ceremonia Peleo recibió, como regalo del centauro, una lanza de fresno hecha por los mismos Hefesto y Atenea. Se celebró a lo grande, Himeneo tocó la flauta, Ganimedes sirvió el vino y las nereidas bailaron.[8]

Pero aquel feliz momento fue ensombrecido por un suceso que traería funestas consecuencias. Casi todos los dioses habían sido invitados a aquella fiesta, menos la enredadora Eris, diosa de la discordia, quien, furiosa por aquella afrenta, urdió un plan para vengarse. Primero pidió una manzana de oro del jardín de las Hespérides, en ella inscribió lo siguiente: «τῇ καλλίστῃ» (para la más hermosa), y la lanzó en medio de la boda. Al verla, Hera, Atenea y Afrodita, alegando cada una ser la más bella y por tanto la merecedora del premio, se la disputaron, lo que traería como consecuencia el subsiguiente juicio de Paris y la posterior guerra de Troya.

Aquiles

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De la unión de Tetis y Peleo nació el poderoso Aquiles, el cual, gracias a que su padre pidió a Quirón que se encargase de su entrenamiento y educación, se convirtió en un hábil tocador de lira y en un poderoso guerrero.

Pasaron los años y Peleo, ya envejecido y cansado, no se animó a participar personalmente en la guerra de Troya, prefiriendo enviar a su hijo Aquiles al mando de los mirmidones. Para ello los griegos tuvieron antes que encontrar a Aquiles y sacarle del escondite, en el palacio del rey Licomedes de la isla de Esciro, en el cual le había ocultado su madre Tetis, temerosa de su suerte en la futura guerra.

Últimos años

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No se vuelve a saber de Peleo hasta el final de la guerra de Troya, de la que Aquiles no regresó. Sin embargo, su vida duró lo suficiente como para presenciar el glorioso retorno de su nieto, Neoptólemo, del cual no se sabe si antes del momento de su encuentro le había llegado a conocer. El famoso joven, al que se le atribuía el papel principal en la toma de Troya, regresó a Ftía para reclamar el reino de su padre. Peleo no parece haber tenido inconveniente y, tan pronto como este arribó a las costas ftiótidas, abdicó en su favor.

Así, el viejo rey vivió tranquilamente bajo el reinado de su nieto, el cual se casó con Hermíone, la hermosa hija del rey Menelao de Esparta. Sin embargo, esta nunca dio un hijo a Neoptólemo. Mas sí lo tuvo con su esclava Andrómaca, princesa troyana, la cual parió un niño llamado Moloso. Narra Eurípides que cuando la celosa reina Hermíone pidió ayuda a su padre Menelao, durante la ausencia de Neoptólemo, e intentaron matar a Andrómaca y al pequeño, fue el anciano Peleo quien se encaró con el poderoso rey espartano y por medio de la palabra consiguió que se marchase sin hacerles daño. Entonces fue cuando Andrómaca y Moloso huyeron del palacio para perderse rumbo al norte.

Mientras Neoptólemo, frustrado porque su esposa legítima no le daba hijos, había decidido viajar a Delfos para pedir consejo al oráculo, y dentro del recinto sagrado fue asesinado por Orestes. Entonces, Peleo, ya en sus últimos días, no quedándole descendientes y no queriendo dejar sus tierras a Menelao, pensó que lo más sensato era dárselas en herencia al sirviente de más confianza de Neoptólemo. Fue así como, tras la muerte de Peleo, Héleno, antiguo príncipe de Troya y luego esclavo del hijo de Aquiles, recobró su dignidad convirtiéndose en rey de Ftía.

Otros personajes homónimos

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Predecesor:
Euritión
Reyes de Ftía
(primer reinado)

Sucesor:
Neoptólemo
Predecesor:
Neoptólemo
Reyes de Ftía
(segundo reinado)

Sucesor:
Héleno

Galería

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Peleo y Tetis

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Pélice: Peleo rapta a Tetis. Museo del Louvre.
Pélice: Peleo rapta a Tetis. Museo del Louvre.  
 
Ánfora: Peleo rapta a Tetis. Múnich.
Ánfora: Peleo rapta a Tetis. Múnich.  
 
Píxide: Peleo persiguiendo a Tetis. Múnich.
Píxide: Peleo persiguiendo a Tetis. Múnich.  
 
Cílica: Peleo luchando con Tetis. Altes Museum.
Cílica: Peleo luchando con Tetis. Altes Museum.  
 
Píxide: Boda de Peleo y Tetis. Museo del Louvre.
Píxide: Boda de Peleo y Tetis. Museo del Louvre.  

Véase también

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Notas y referencias

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  1. Aunque no hubo más reyes en Egina, los reyes de Epiro reclamaron la descendencia de Peleo en el periodo histórico. Véase Pausanias, Descripción de Grecia, II, 29, 4.
  2. Este mito ya era conocido por los oyentes de Homero. Peleo es mencionado en la Odisea de Homero —en el canto XI, 494 y ss.—, durante la conversación entre Odiseo y el difunto Aquiles.
  3. Pseudo-Apolodoro: Biblioteca mitológica, III, 13, 8.
  4. Homero, Ilíada, XVI, 177 y ss.
  5. Pseudo-Apolodoro, Biblioteca mitológica, III, 12, 6-7.
  6. Apolonio de Rodas, Argonáuticas, I, 93.
  7. Pseudo-Apolodoro, Biblioteca mitológica, III, 13, 1-2.
  8. Eurípides: Ifigenia en Áulide, 1036-1058.
  9. Escolio a Eurípides, Andrómaca 32; citando como autoridad a Alejandro, poeta helenístico.

Enlaces externos

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