MEMORIAS DE LETICIA VALLE
La acción se desarrolla en Simancas, cuna de los hechos que ocurrieron en el ayer, pero eso no significa que toda la verdad esté archivada en los legajos de su vetusto y hermoso edificio, pues también puede estar desfigurada, tanto por los escribanos, como por las personas que los leemos y desciframos. Ya que las interpretaciones de lo ocurrido hacen bastante difícil el llegar al calco, de una realidad oculta.
Los hechos existen, pero es la interpretación de esos hechos lo que está llena de variables, para que seamos, en este caso, lectores y lectoras protagonistas, del experimento que nos propone la autora vallisoletana en esta novela, que se lee con avidez y que efectivamente, como se expresan en el club de lectura de la Acequia y en la entrada del blog www.laarañitacampleña, hay que leerla al menos dos veces, para intentar captar todo lo que nos propone Rosa Chacel, porque creo que la verdadera protagonista de este libro es la incertidumbre, que ya sabemos está llena de misterio, como el amor y a muerte.
Nota particular: Leí la novela en las vacaciones de Semana Santa y me la dejé olvidada en el viaje, algo que no sé si lo hice consciente o inconscientemente, pero como la tenía desde hace años en mi biblioteca y no lo había leído hasta ahora, se quedó llena de anotaciones y subrayado, porque además, efectivamente, la había empezado a leer por segunda vez, algo que no he podido cumplir.
El boceto de lo escrito hoy, lo he retomado después de bastantes días de dejarlo en el borrador del blog, al ser incapaz de meter el diente hasta que esta mañana, me vino algo de inspiración.
(c) Texto Luz del Olmo
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