Sólo si eres alguien que aprecie los sentimientos y sus pensamientos, disfrutará de la escritura de ellos.
Éste blogger permanecerá abierto para el disfrute del lector por petición solicitada de compañer@s blogueros, tendrá la actividad qué las musas así lo dispongan.

3 de noviembre de 2017

Se me antoja.



Se me antoja ser aurora de tu primer pensamiento cada mañana, 
y del último, que deja poso en la memoria cuando muere el día, 
dejándonos colgados en los hilos de la nostalgia que traerá la noche 
después de habernos sentido.

Se me antoja quererte hasta la extenuación,
de profanar tu cuerpo donde me proclamo victoriosa de tus abismos
seduciendo a la par al mismísimo diablo que me arrastra 
como un imán hacia ti.

La piel se resiste al devastador tiempo que nos mantiene ausentes

(aunque sea apenas un lapso,
el deseo es tan extremadamente irracional qué tiñe de rojos el cielo) 

recelosos por atesorarse en posesión devoran la existencia, 
suplicando el instante donde estallar y fundirse eternos.

Son corrientes de vertientes, agua salada de su extenso mar, 
rocas aguantando embestidas - ¡¡¡que derroche de vida!!!   
mezcla de pieles renacidas que dejan suspiros,
de los labios que no se negarán.

Columpiándose en el vértice de la luna ríen como dos locos de atar.

¡Bendita locura la de amar!

Se me antoja contar una historia que desborda el sentimiento del alma, 
la más bonita, sí, la de amar.


Yayone Guereta.

De mi voz:

23 de octubre de 2017

Me quedo aquí.



Entre mil calles aparece cuando menos lo esperaba,
elegida al azahar en ese preciso momento donde confluyen los astros
y el universo apuesta sin preguntar lanzando su arsenal,
provocando la catástrofe más maravillosa que pueda existir en el mundo
porque no dejará de ser...
una indolencia, el amor, es así.

Era el camino más hermoso, 

(ajenos al tiempo de haberse caminado antes, 
cosas del destino dicen...)

el del silencio,
el del desvarío,
el que deja atrás los abismos y las penas,
el que lleva a la locura,
el de la unión casual de dos seres que se reconocen
por el que caminan ausentes de todo en sus días
olvidando que fueron y que serán,

con el corazón apretado de incertidumbres
con las manos abiertas en cielos 
con los bolsillos llenos regalando felicidad.

Posando su mirada de ojos verdes en el centro de mi gravedad latente descoloca mis días, entregándome desbordado en ríos la dicha con la que en plenitud, nos hacemos uno.

Me quedo aquí para ser feliz,
no sé cuando volveré.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWOHlxZk8tOVBMZU0/view



27 de julio de 2017

Oxígeno cruzado.



Los labios pronuncian el nombre 
y en un susurro lo dilata la memoria antojadiza,
un nombre que se adhiere a la garganta
renaciendo del recuerdo que brota en ese estúpido momento,

entre consonantes y silaba encasillada
(como todo lo qué nunca termina, "curiosa similitud"),
sin un final que defina cualquier historia inconclusa,

así quiso llamarlo el necio alado,
hasta en ese detalle el destino lo nombró jactancioso,

y sin querer recordar mil oxígenos cruzados
que un día se lanzaron al cielo,
a cuatro manos, y desbordándose en ríos,

recibe el ruido del pasado el pensamiento
resurgiendo el sentimiento blanco,
eufórico y ascendente de la primera vez
que internamente contiene,

porque pellizca el corazón,
eriza la piel y da pánico a los sentidos.

Así se siente cuando no existe maldad en un ánima pura.

Dos promesas rotas gimiendo al tiempo desteñido
estrangulando la luz de la estrella que vio nacer 
el rito ancestral que solo se otorga a los enamorados,

dos sueños golpeados llenos de sombras,
nenúfares flotando solitarios mirándose desde la superficie,
con ardientes deseos, con la ilusión de subsistir.

Las promesas quedan ateridas
que el tiempo desheló en lágrimas dejando desierto el interior,

existencia que se encarga de pulverizar con gotas sulfúricas el alma
con una parsimonia interminable..."


Nota:

Los vientos traerán el brillo a los días opacos de raro esplendor
donde el verdor amarillee el párpado,
para despejar esta espesa cabeza que dictamina frente al espejo,
y plañir de alegría al percibir como siente arder en sus dedos
la desnudez de las flores que contoneándose entre sones
se humedecen por la lluvia y con sus estambres acaricien mi tez
ofreciéndome un mañana.



Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWVmJBOGl5d2JRVzg/view


6 de junio de 2017

Silencio en la piel.



En el silencio de la piel

gravita el eco acontecido,

cayendo hacia sus adentros

donde espera la cálida brisa

que roce su punto etéreo,

para dejarse ir...

quebrantado al día púrpura

y estremecerse de nuevo.

Aligera ave migratoria

a surcar los cielos

contoneándose liviana en la danza del vuelo,

dibujando figuritas de amor entre las nubes

con las plumas del sentimiento que acarician su juego,

para sentir profundamente...

como el aire se enreda en su cuero.


Yayone Guereta.

10 de mayo de 2017

Solo entonces.



Te hablaré de mí,

desde mí orilla,
esa qué separa tangible 
-los tiempos-,
haciéndonos paralelos,
mordiendo océanos,
sepultando al universo.

Te hablaré de mí,

cuando las nubes tornen los vientos
y el mar sirva de alimento,
a estas bocas secas 
-sin aliento-,
donde los dos mundos se aunarán
esperando el momento.

Te hablaré de mí,

de todas esas noches que la luna de plata 
-se oculta-
eclipsando nuestros deseos.

Solo entonces, te hablaré de mí.


Yayone Guereta.

21 de marzo de 2017

Espacios cercados.



En un rincón de la nuca hay un espacio,

(son secretos guardados)

donde sin saberlo "desplazamos"
la palabra latiendo qué se esconde lánguida y descarnada,
qué se acurruca temblando,

dándose paso por la vaguada ambiciosa por ser, 
letra inspiradora de tango,
franquea la histriónica lengua descorazonadora
qué dispuesta "expulsa" hastiada,
ser vocablo mutilado.

Más el cariz recapitula meditando
frente al párpado expandido qué mira ante sí
exterminando cualquier síntoma de ternura,

(insignificante gota de lágrima qué osas nacer padeciendo una pena,
si muere y desaparece cuando es absorbida por la piel 
sin dejar huella qué alimente un atisbo de nostalgia),

la memoria argumenta suprimiendo a capricho
orando en plegaria el ruego qué en desamparo brama,

ser comisura del labio perdido
abrigo de un cuero olvidado
derramando efervescencia en la pasión qué flama,
qué vierte en religión chorro de "vida"

vida, qué con rabia implanta la psique por derecho 
de todo sufrimiento pretérito vomitado,
escapar de continuados escalofríos hirientes,
y suspiros, qué quedan atravesados volviéndose melancolía.

Espérame, manifestó la boca al beso profundo, 
pues llegará el día qué emane del vértice la palabra dilatada 
-como pétalos en flor-
componiendo la melodía más hermosa qué nadie pueda imaginar 
completa en armonía, unidas en cuerpo y alma, infinitamente libre.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWR0h1WkRhTUVabnM/view

9 de marzo de 2017

La nube blanca.



La nube blanca pasa 
totalmente estremecida
escogiendo sus hechuras 
para hacerse chiquitina,
echa de menos el impacto de la gota,

-de la gota, de agua fría-,

y en la centellada del alba
se le congela el suspiro
que mantiene perenne

-Ínsito-

por exhalar de su boca primaveras
desde el vientre adormecido.

Sobre las calles dormidas,
apenas iluminadas,
la gota de lluvia fría
juega con la nube blanca.

La blanca nube suspira,
su aliento se vuelve escarcha
mientras la gota la mima,
la nube quiere abrazarla,

-abrazarla, hasta hacerla alabanza-.

Y la luna que los mira
presta sus rayos de plata
y sonríe cuando ilumina
a la nube blanca que pasa,

-que pasa, por la orilla-.


2017- JJ Lluvia & Yayone Guereta.


Gracias Juanjo, por compartir tus versos conmigo
impregnados de hermosas gotas de lluvia que la nube blanca nos deja
creando un dulce poema lleno de belleza.

(Algo chiquitito...)

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWZG9IQ0F3Mmwzb2M/view
.

12 de febrero de 2017

En la coma de la Luna.



El velo qué cubría al olvido se destapó aquella tarde
dónde moría el crepúsculo rojo
hundiéndose en un mudo y sereno silencio,
haciéndome sentirlo arcano

viviendo un momento inolvidable

recogida en su manto
iluminando mi rostro
dibujando colores la melancolía.

En ese inmenso cielo observo ser etérea,
pura poesía ante el universo,
confirmando mi cuerpo descarnado
con la piel sedosa deshebrándose,

que en un instante de ambición leve

me hace posar tácitamente
sintiendo la desnudez de mí alma elevarse al infinito en un empuje de aire,
ruborizándome al advertir lo qué albergaba en mi seno.

Le pregunté al grandioso firmamento
que me revelase su secreto,

alzando el semblante, -en un acto provocador-,

si en la aurora de lluvia qué lloré recordando aquella canción,
o en el insomnio febril qué perduró toda la noche,
donde la ilusión era de piedra blanca.

Entonces contemple como se trazaba en el vértice de la estrella más hermosa 
la réplica qué compartió en la coma de la luna,
y la interrogación quedó en un canto abandonado sin miedo de lanzarse al vuelo.

Ahí lo supe, hallar mi libertad.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWYV9POFJOM0pMSkU/view

3 de febrero de 2017

Besándome los juicios.



Libero pasiones bajo la cascada lluviosa 
que resbala sobre mi cuero curtido,

-donde me dejo ir en suspiros-


exhalando partículas del vaho de mis propios gemidos.

Recupero oxígeno 
mientras excarcelo tensiones,

- en un juego de "fingers - 


el útero se encoge y la piel transpira queji'os,
donde pierdo el norte para sentir el desvarío 
en la humedad que agita mis sentidos.

Contengo el aire en la boca con los dientes encorsetados 
y la lengua echa un giro,
el espasmo que en un grito mudo se dilata 
por el bombeo salvaje del excitado latido.

Y en ese momento de abandono,

-besándome los juicios-,

someto el cuerpo al placer lascivo,
dedicándole un réquiem en honor a mi onanismo.




Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWdFlXeVV6QnRad3c/view







21 de enero de 2017

Viejas palabras.



He de sanar viejas palabras heredadas
que expandidas oxidan la esencia de mi ánima,
lo haré, caminando poco a poco, 

-con los pies desnudos sobre mis pasos-,

sin la confusión que aún aprieta a los sentimientos que albergo,
en esta montaña llena de melancolías abrazadas a mi techo.

El destino no está escrito en las llaves que prevén cielos abiertos,
y en su correosa búsqueda,
se funden igual que la tierra ardiente despidiéndose
de la repentina erupción del volcán escupiendo lava a su paso dejando llaga.

Inflamo de suspiros los atardeceres 
al escuchar redoblar las campanas de la tolerancia,
y en el anhelo, me enfrento al oleaje de mis aguas turbulentas
que aprietan la impaciencia del fuego creciente 
anidando en el pecho, -quemándome por dentro- de esta rutina antigua.

Solo deseo que el camino no se haga un laberinto ponzoñoso
del que no pueda escapar,

-para poder sumergirme en el río de mi mirada-

descubriendo como recupero la voz del vocablo curado,
y en ofrenda, dedicárselo a mi alma.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWYVVkM0N1TlJxbjQ/view
.

15 de enero de 2017

Sin un horizonte.



En la clausura de mi soledad exhalo un suspiro de amor
que nostálgico recuerdo en el goce estéril del instante,

-donde prolongo el sueño de tenerte-

más mis labios temblorosos advierten la verdad que dicté
frente al espejo a nuestras vidas quedando desoladas.

Abro mis manos como alas hacia el aire en la noche /buscando nada/,
esa noche que me llena de espanto en un grito desgarrador y doloroso,
como si el amor supiese que vivo sin ti dentro de mí
y en la mirada no existiese ni un destello de emoción.

La lenta saliva se funde en mi boca
y oigo mi corazón latir pausado,

(nunca igual, pero siempre sangrando, sin saber porqué),

imposible palpitar en el bombeo un nombre, y si lo hiciese, 
no sabría exactamente lo que nombra en la palabra.

Es inútil esperar de la noche un vergel de flores
que riegue este río fantasmal de la memoria,
pues en el pálido rostro implantó el invierno
la expresión fría de vacío.

Sin un horizonte,
los ojos se hacen duros como el cierzo helado.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWV0lpSmZsZ1UxRTQ/view
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8 de enero de 2017

En mi cielo.



En mi cielo reposado un mar de ilusiones crece
y barrunta primaveras en los suspiros del pecho,
en verde esmeralda pinta la memoria el horizonte
con el majestuoso azul cobalto que despide el párpado al ocaso.

Allá tú te presentas, asiendo mi mano

-sin templanzas-

sosteniendo las inseguridades en lo añejo de tu saber
y la certidumbre del que desea ser amado en plenitud.

En tus trazos deslizo sentimientos al mismo tiempo que templo los tuyos,

-acomodándonos en sentir-

pues golpea fuerte cuando el latido es trastocado por la presencia
elevando hacia las nubes la soledad donde meces los vientos.

En tus corrientes, / discreta y sibilina/

-con la libertad del silencio-

mezclo mis mareas sin detenerme,
y en la intuición de la palabra muda nos reflejamos
y en la imperfección del fluir, mezclamos vida.


Yayone Guereta.

(Deseos)

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWaF9RXzNPTjZnTWM/view
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26 de diciembre de 2016

Feliz Año Nuevo.





Mis mejores deseos
de PAZ y FELICIDAD
para todos vosotr@s,
los qué arropándonos
nos acompañamos 
en esta andadura
de letras momentáneas
donde ponemos en despliegue
esa magia de SENTIR
-con sensibilidad-
y mucha dosis de fantasía.


Feliz Año Nuevo Venidero.

Urte Berri On 2017.


Yayone Guereta.


20 de noviembre de 2016

Y seré... ( Poemas existenciales al costado II )



Asoma el torbellino del crepúsculo y sé,
que avecinará próximos pensamientos qué, 
cada atardecer culminado se repiten.

Siembra preguntas interrogativas temerosas y dudo,
no hallar respuesta,
temo dormir y al despertar del sueño preguntarme,
si es un sueño mi vida.

La tarde se hace de jirones que desgrana el corazón,
de ajenos pasos alejados olvidados,
y de humo en el aire
que una ráfaga de viento elimina,
de hojas secas pisadas que perecen muertas
en un suelo impasible.

Sólo te pido que si llegases,
lo hicieses con la timidez del rubor que asoma un primer y último beso
aparecido de repente y efímero en ese mismo instante,
despierto y dormido,
visible e invisible,
sin agonía,
rodando hacia tus brazos
y seré, olvido en el olvido.

Quizás, algún día, -sin ya saberlo-,
mis palabras alguien las dirá,
entre luces venideras que aún, ni sabe.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWLThMYnQtNDlTZjQ/view
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14 de noviembre de 2016

Anochece. ( Poemas existenciales al costado. I )



Llega la noche con su tortuoso y extenso silencio,
lleno de sombras que ensartan un eco remoto
para morir después sin recuerdo.

Es ligero el caracol cuando sintoniza agudo el sonido más sordo,
incluso una voz perdida de tono olvidado
o las huellas que quedaron timbradas en ese rumor de vocales.

Llega la noche anulando los sensores
y es inútil resistirse a la insistencia para apurar el día que pasó desvanecido,
una piel que ni sabe si es o fue.

Mueren las palabras descendiendo hacia un pensamiento que traga
y en la soledad de mi habitación los sueños comienzan a emerger,
repitiéndose como si fuesen un mar antiguo 
donde naufrago con ellos en mareas angustiosas.

Llega la noche hueca y fría,
para dejarme una misiva inexistente,
mis párpados languidecen en una muerte silenciosa que se inundan en esa espera, 
dejándome, vacías las manos.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWSnluR1U0YzV3X2c/view
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7 de noviembre de 2016

Donde no te tengo.



Nunca fui paciente en sentir
más retuve sensaciones por miedo al desenlace de enredar pieles,

-la carne se mantiene en calma sosegada-

aunque siempre amanece con el ardor al despertar el alba.

Buscando mi hermosura / un recuerdo que perdura/
traspaso la frontera que me ordena cruzar el espacio
y en la lucha me impregno en pasión, 

-la que me guía al fuego de nosotros-

trepando por cada rincón olvidado.

Marco tu hombría en medio de mi pecho
 / con el táctil de mis manos/

-en la ensoñación el corazón henchido dilata los tiempos-

y en una parada de silencio te siento mar adentro
desnudando el alma, queriéndonos,

y gravitas sobre mi pensamiento
en la parte que araña por dentro, donde no te tengo.


Yayone Guereta.

De mi voz:
https://drive.google.com/file/d/0BxTAX2JR7GuWYXNxaWxsOXpnZzQ/view
.

1 de noviembre de 2016

Impermeable.



Acaso cobijo la ausencia de no tenerte, 
bajo esa luna que me acuna en la soledad de tu existencia perecedera?

Dejo acaso en tinta los versos que calman este insomnio indomable, 
en páginas que quedarán ilegibles para ese silencio eterno?

Hago de mi cuerpo un ovillo escondiéndose desde la punta, 
rodando hasta llegar a la esquina 
que guarde este aislamiento apretado en sentir.

Siempre espero esa nube que despliegue su humedad 
y te portase en forma de lágrima furiosa o tierna...)

para calar mi piel de emociones y poder hallarme lozana en derroche, 
destapando la insensibilidad que mantengo impermeable.

Si pudiera exprimir con un toque de dulzura 
lo que dejé en el baúl de los duelos...)

El corazón pospone latidos, cubierto de miedo,
la nube amenaza con arrojar desde su arco iris
gotas de sentimiento que empapen mi cielo etéreo.


Al alba le robo sueños,
recorriendo empedrados suelos,
poniendo cicatrices a la intemperie,
mientras doblo fisuras al cuero.


Yayone Guereta.

20 de octubre de 2016

Desde esta soledad.



Permíteme si te escribo desde esta soledad abatida, 
en el pensamiento tibio que la trastoca,
con el semblante hecho escalofrío,  
dibujo en la mención a los recuerdos que intento resguardar 
y comienzan a desmarcarse para no olvidarte.

Instantes que captura la memoria 
y quedan grabados -per secula seculorum-
hasta que el laberinto de la consciencia quiera borrarlos.

Desperté con la sensación agridulce que deja en nostalgia 
a la evocación en un sueño desolado, 
pellizcando los bordes de mis sentidos golpeándome el ceño.

Recobro el ensueño para abocar la magia de sentirte, 
de nuevo acercándonos, 
en una simbiosis donde somos tú y yo, 
/con la preocupación de retenerte/, 
detengo el candor dulce de tu voz, 
esa voz quedita susurrando cánticos y arrumacos de ternura, 
unidas por el lazo indestructible del amor.

La piel extraña instantes en el tiempo 
que se intentan recuperar en distintos tactos, Ama...)

Acurrucada a tu regazo al calor del pecho que me crió 
-a ésta, hoy, mujer escribiente-, 
e inflado los pulmones de tu olor y expandir las caricias de tu costado en mi piel 
para acomodarte en mis entrañas, reteniendo la niñez
que requiero conquistar del presente, tan ausente hoy en mis días.

-ahora en tu plenitud añeja, eres tú, la niña de mis ojos-

deja que te cuide con la misma dedicación que tú hiciste, 
quiero alargar y atesorar el tiempo que en su manto recoge savia, 
dedicarme a ti en cuerpo y alma, 
la que te llevarás contigo cuando te arrebate ese minutero osado que hace expirar el latido,

-sigues estando y es tan arduo abandonar esta angustia-,

que desespero ante una evidencia cronológica y escapada de entre mis manos.


Nota:

El amor en todas sus formas es,
un dolor insufrible que castiga.


13 de octubre de 2016

Amor delirante.



Fueron dos islotes rotos en infinitos pedazos, 
bajo un cielo que tolera el peso de las almas errantes en descenso.

Se rompieron con el filo de la palabra cruzada,
lanzada desde la boca sin límite que disputaron egos,
en poesía decadente escupiendo soberbia, ira,
pecado capital sin perdones que daña en el duelo de los amantes.

Las voces fusilaron cualquier murmullo y del silencio, 
quedó el vacío,
y en las ausencias que se generan a la memoria donde se hacen espirar los recuerdos, 
llegó el olvido.

Ansié tantísimo su piel canela bañada por el sol de sus días 
y deseé tantas veces ser empapada por todo mi cuerpo 
con el efluvio de tal ambrosía...)

Tanta belleza no podía ser de este mundo,

-el enamorado párpado es ciego en sentir-

Por unos instantes detuve en mis manos su esencia,
esencia que recorto en recuerdos 
para no maltratar la herida que está sanando del reproche, 
el que ultrajó con tanto desprecio 
y el que yo adoré en mi inconsciencia hasta la locura.

Fuimos un amor delirante, 
al que llamé en mi abandono libertad,
y prófuga del sentimiento me hizo salir hacia mar abierto,
-mi mar-
descargando la toxicidad de ese puerto en sensaciones, 
sujetando arrecifes de coral.

De nosotros quedó la nube guerrera,
sin rumbo ni horizonte,
volátil y oscilante,
dos gotas de rocío que la tierra tragó.

Oh...tristeza que lo anidas,
corazón que albergas odio
al amor que te dio siete vidas.


7 de octubre de 2016

A un golpe de caricia.



Con la lengua rota,
los labios anudados desde las esquinas
la boca causada de deseos
y el bolsillo vacío de eternidades,
es mi sombra cómplice compañera aliada,

/doble piel fiel adherida a mí/

paralelamente entre las emociones y los miedos, 
consolidan la soledad que en sus infinitos colores visité.

Yo no temo este cambio de tiempo 
desfilando secretos,
viendo pasar fotogramas desde la memoria 
llego a recordar sentimientos,
que cada día nacieron desde mis sesos,

/ las telarañas atadas al pecho penden de un manotazo/

endeble y delicado a un golpe de caricia que lo fulmine o lo culmine 
a tocar ese cielo que con su manto cubre toda angustia.

Escucho a la noche en su abarrotado silencio 
y en su único dialecto que entiendo,

(como si fuese única también en su Olimpo de petición),

la luna me cuenta cómo construir castillos en esta garganta de arena
-que arraigada a sus huellas-
pondrá entre las caracolas él susurro que la guíe en los vientos
hacia un mar demorado dondequiera
y zambullirse al océano 
para ser ola lanzada al espacio haciéndose infinita.

Tan lejos y tan cerca de mí.


Yayone Guereta.

De mi voz:


@ElrincóndeNai.