Se me antoja ser aurora de tu primer pensamiento cada mañana,
y del último, que deja poso en la memoria cuando muere el día,
dejándonos colgados en los hilos de la nostalgia que traerá la noche
después de habernos sentido.
Se me antoja quererte hasta la extenuación,
de profanar tu cuerpo donde me proclamo victoriosa de tus abismos
seduciendo a la par al mismísimo diablo que me arrastra
como un imán hacia ti.
La piel se resiste al devastador tiempo que nos mantiene ausentes
(aunque sea apenas un lapso,
el deseo es tan extremadamente irracional qué tiñe de rojos el cielo)
recelosos por atesorarse en posesión devoran la existencia,
suplicando el instante donde estallar y fundirse eternos.
Son corrientes de vertientes, agua salada de su extenso mar,
rocas aguantando embestidas - ¡¡¡que derroche de vida!!!
mezcla de pieles renacidas que dejan suspiros,
de los labios que no se negarán.
mezcla de pieles renacidas que dejan suspiros,
de los labios que no se negarán.
Columpiándose en el vértice de la luna ríen como dos locos de atar.
¡Bendita locura la de amar!
¡Bendita locura la de amar!
Se me antoja contar una historia que desborda el sentimiento del alma,
la más bonita, sí, la de amar.
Yayone Guereta.
De mi voz: